Home » Opinión » La pregunta número 13…por Aída María Holguín

La pregunta número 13…por Aída María Holguín

La pregunta número 13–
La semana pasada, a través de las redes sociales, comenzó a circular la fotografía de un examen que se le aplicó a los alumnos de primero de primaria en el estado de Chihuahua.
Dicha pregunta, pide identificar (de entre tres opciones) la imagen que corresponde al “personaje chihuahuense de la Revolución Mexicana, que luchó por condiciones más justas para el pueblo”, y las tres opciones de respuesta son las imágenes de César Duarte, Francisco Villa y Enrique Peña Nieto.
La principal causa de la polémica generada al circular la foto del examen, radica en que Doroteo Arango, mejor conocido como Francisco Villa, no es originario de Chihuahua, sino de Durango.
Si bien es cierto que existe una “fe de erratas” explicando que dice “chihuahuense” porque Francisco Villa permaneció gran parte de su vida en Chihuahua; también es cierto que el “error” va mucho más allá de dicha explicación; es decir, que aún y cuando pudiera darse por válida, el nivel de “complejidad” para la evaluación del aprendizaje de los alumnos no representa un reto.
Independientemente de los diversos puntos de vista respecto al historial delictivo y a los métodos usados por Doroteo Arango para buscar y obtener mejores condiciones de vida para el pueblo de México, su papel en la Revolución Mexicana es indiscutible, y no es desconocido que el Gobernador Duarte gusta de ser comparado con dicho personaje.
Aun y cuando el Gobernador Duarte disfrute de que en diversas ocasiones se le haya comparado con Francisco Villa, en definitiva resulta difícil pensar -o creer- que haya sido él mismo quien diera la instrucción de que su imagen apareciera en el examen anteriormente citado; sin embargo, queda claro que muchos saben de la personalidad egocéntrica del Gobernador Duarte, y que entre ellos, hay quienes muestran -de manera por demás ridícula- su condescendencia para con el mandatario estatal.
Hasta el momento se desconoce quién haya tenido la “flamante” idea de poner la imagen del Gobernador y del presidente Peña como posibles “héroes” de la Revolución Mexicana, e incluso hay quienes defienden lo sucedido argumentando que los niños deben saber distinguir desde pequeños quienes son sus gobernantes.
Por sí solo, el argumento anterior es válido; es decir, en lo personal coincido en que todos debemos saber quiénes son nuestros gobernantes (sean buenos o sean malos); sin embargo, lo que no es válido es el fondo y la forma de lo hecho con el examen en cuestión.
Hacer uso de la autoridad educativa para posicionar la imagen personal de los gobernantes no le abona en lo más mínimo al proceso de enseñanza-aprendizaje.  Si de por sí la calidad educativa se encuentra en crisis, no es aceptable que recurran a esta “publicidad” oculta para tratar de “medio” salvar la tan desgastada imagen de Duarte y Peña.
Es importante recalcar que es correcto y necesario que los ciudadanos identifiquemos a nuestros gobernantes, funcionarios y muchos otros aspectos del Estado, pero no de la manera en que lo hicieron con el caso que en esta ocasión nos ocupa.
Si la intención de las autoridades educativas de Chihuahua es que los alumnos conozcan e identifiquen quiénes son los gobernantes, y/o quieren asegurarse de que los alumnos tengan una cultura general y cívica adecuada, pueden recurrir a métodos aceptables como lo sería –por ejemplo- un examen de cultura general y/o cívica que se aplique de acuerdo al grado de educación correspondiente.
No está de más decir que primero sería necesario que quienes elaboran y autorizan los exámenes, deben tener los conocimientos básicos para no “equivocarse” al momento de pedirle a los alumnos que identifiquen a un chihuahuense cuando éste no lo es, y que además no revuelvan “peras con manzanas”.   Eso no es sano para nadie.
En fin, esperemos que aquellos que desean ser condescendientes con el Gobernador César Duarte eviten en un futuro usar el sistema educativo (o cualquier otro medio oficial) para posicionar su imagen, y que eviten repetir lo más absurdo que la pregunta número 13 representa: hacerle pensar a los alumnos que existe la posibilidad de que César Duarte Jáquez y Enrique Peña Nieto hayan luchado por condiciones más justas para el pueblo.
En esta ocasión, concluyo con lo dicho alguna vez por el escritor estadounidense -ganador del Premio Nobel de Literatura-, John Steinbeck: “No hay preguntas desagradables, excepto las que vienen envueltas en condescendencia.”
Aída María Holguín Baeza
Correo electrónico: laecita@gmail.com

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *