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Las otras habas…por Aída María Holguín

 

Dice un viejo, sabio y conocido refrán que “en todos lados se cuecen habas”. Esta expresión, significa que en cualquier lugar suceden las mismas -o similares- cosas; de tal manera que por más malo que parezca, por fuerza de repetirse, lo insólito llega a transformarse en cosa cotidiana llegando a asimilarse como cosas “normal”.

Generalmente, este refrán es usado por terceras personas como una especie de pretexto o explicación para minimizar ciertas situaciones o acontecimientos negativos; es decir, como una expresión de consuelo que no deja de ser parte del conformismo que caracteriza a un gran número de mexicanos.

Más allá de encontrar consuelo en que en todos lados suceden cosas malas, está el hecho de que no es correcto y no es normal que sucedan de esa forma. Dicho en otras palabras: el mal de muchos, es consuelo de tontos.

Si hablamos de la actividad política en México, este refrán encaja a la perfección; específicamente en lo que respecta a los partidos políticos (no individualmente de las personas que los conforman).

Frecuente que se habla mucho de las habas que cuece el PRI y muy poco de las que se cocinan en otros partidos; lo cual, no necesariamente se debe a un odio infundado (como quieren hacerlo ver) por el PRI; sino porque es algo natural al ser el partido político que durante casi 90 años ha tenido el mayor (y más prolongado) número de representación en todos los poderes, órdenes y niveles de gobierno en nuestro país.

Pero así como es imposible dejar de hablar de las habas que cuece el PRI, también es justo y necesario hablar de las habas que se cuecen en los otros partidos.

Hablando solo del ámbito nacional, podríamos empezar con el senador (de afinidad priísta, y actual extracción panista) Javier Lozano Alarcón, quien fue el principal promotor de las leyes secundarias en materia de telecomunicaciones y de radiodifusión (mejor conocidas como Ley Peña-Televisa), que aún y siendo inconstitucional, fue aprobada por mayoría (de todas las bancadas) en ambas cámaras del Congreso de la Unión.

Podríamos hablar también de las habas que se cuecen en del Partido Verde Ecologista, que durante las “discusiones” de las leyes secundarias emanadas de la reciente reforma energética, demostró que de ecologista solo tiene el nombre, ya que sin pena alguna apoyó el uso de la técnica del “fracking” para la extracción de gas “shale”, aún y cuando expertos en el tema han señalado que esta técnica ocasionará graves e irreversibles daños al ecosistema (incluyendo al de Chihuahua).

Un tercer y último ejemplo, es el del gobernador de Puebla, (de extracción panista) Rafael Moreno Valle, quien luego de haber propuesto una ley (avalada y aprobada hace un par de meses por el Congreso de aquella entidad) que permite el uso legítimo de la fuerza pública para “restaurar la estabilidad social y del orden colectivo”, y ahora es señalado (por los ciudadanos) como el responsable del fallecimiento de un niño de 13 años a causa de una bala de goma utilizada por los elementos policiacos al dispersar una manifestación en la localidad de San Bernardino.

Desde su presentación -y luego su aprobación-, la “Ley Bala” fue cuestionada por organismos de la sociedad civil que ya preveían que algo así podría suceder. Tras la muerte del niño, el Gobernador poblano ha enviado una iniciativa al Congreso para que sea derogada; sin embargo, la vida de ese niño ya no puede rescatarse y las autoridades de Puebla aún no deslindan responsabilidades.

Estos tres recientes sucesos (sin contar lo que ha sucedido en otras épocas y en otros partidos), dejan claro que en todos lados se cuecen habas. Ojalá y pudiéramos decir que el desempeño de los gobernantes, legisladores y autoridades es bueno y que en todos lados sucede, pero no es así. Lo que sucede en todos lados no es motivo de orgullo y no debiéramos conformarnos con el hecho de que hay lugares, partidos o personas iguales o peores.

Finalizo en esta ocasión con una reflexión personal: Lo malo no es cocer habas, lo malo es cocerlas mal. Y es que hay diferentes maneras de cocinar y cada quien tiene su propio estilo, pero es en base a ello que los comensales eligen dónde y qué comer; así es que ahora que habrá más competencia (partidos políticos de dónde elegir), será cuestión de que todos y cada uno de ellos elijan si siguen cociendo mal las habas, o cambian la manera de hacerlo porque cada vez somos más los ciudadanos que tomamos conciencia de que no tenemos por qué seguir comiendo habas mal cocidas (cuézalas quien las cueza).

Aída María Holguín Baeza

Correo: laecita@gmail.com

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