Mexicanos para siempre…por Juan Carlos Loera de la Rosa
Hace unos años, tuve que mudar las operaciones de mi negocio y mi residencia, junto con mi familia, a los Estados Unidos, como lo han hecho durante décadas millones de mexicanos que, sin embargo, siempre añoran regresar a su terruño. Afortunadamente regresé a mi México querido, pero la experiencia adquirida como migrante me marcó profundamente, porque experimenté en carne propia las injusticias que se cometen en contra de nuestros paisanos cuando regresan a su país.
Nunca existieron motivos para justificar un trato discriminatorio en perjuicio de aquellos connacionales qué, al regresar a su país y por el solo hecho de contar con documentos extranjeros, se les exige un pago y se les somete a trámites engorrosos, humillantes en algunos casos, y largas esperas en las aduanas y oficinas migratorias. Los legisladores de regímenes anteriores, lejos de proteger a los paisanos, generaron condiciones para que se les diera ese trato discriminatorio y desigual, como si no fueran mexicanos.
Esas condiciones son absolutamente violatorias de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que, en su artículo 37, de manera categórica señala: Ningún mexicano por nacimiento podrá ser privado de su nacionalidad. Somos mexicanos para siempre, esa fue la intención de la reforma constitucional de 1997, el de la no pérdida de la nacionalidad. No hay forma de renunciar, podemos ser binacionales o más, pero jamás dejaremos de ser mexicanos.
No hay razón para que mexicano alguno, así haya adquirido otra nacionalidad, deje de ser tratado en nuestro país como mexicano. Somos una sociedad con un importante número de familias binacionales, que viven aquí y que viven allá, van y vienen, y para quienes, en la mayoría de los casos, no fue fácil migrar a los Estados Unidos, por las barreras que ese país ha impuesto, muros, canales y leyes discriminatorias, entre otras. Entonces, no es posible que al regresar a su país, de visita o de manera permanente, encuentren muros y garitas en la ley y en la actitud de quienes están obligados a recibirlos con respeto.
Cómo es posible que sus derechos, garantizados en la Constitución, sean conculcados de manera tan flagrante cuando quienes nos quedamos en México debemos profesar a los paisanos un agradecimiento de dimensiones extraordinarias, porque gracias a su generosidad y capacidad de trabajo la economía mexicana ha avanzado desde finales del siglo pasado y lo que va del actual.
En los ochenta y casi todos los noventa, las exportaciones de hidrocarburos y sus derivados, y el turismo extranjero, fueron las principales fuentes de ingreso de divisas a nuestro país, pero desde 2015 esto ya no es así. En ese año se exportaron 21 mil 116 millones de dólares por hidrocarburos, pero se recibieron por concepto de remesas 24 mil 784 millones. Y la ventaja continúa desde entonces: Pese a la crisis económica mundial provocada por la pandemia de Covid-19, las remesas que se envían a México, principalmente desde Estados Unidos, alcanzarán en el presente año los 39 mil 500 millones de dólares, que representarán un crecimiento anual de 8.4%, de acuerdo con información oficial. De ese tamaño debe ser nuestro agradecimiento a los paisanos.
Es por ello que hoy que tengo la posibilidad de generar cambios que favorezcan a los mexicanos que han adquirido una segunda nacionalidad, en mi calidad de diputado federal, presenté en sesión ordinaria celebrada el 6 de diciembre de 2018 una iniciativa con proyecto de decreto para adicionar un segundo párrafo a la fracción séptima del Artículo 3º. de la Ley de Nacionalidad, en materia de pasaportes extranjeros como documento probatorio de nacionalidad mexicana. Ese artículo presenta una situación de inconstitucionalidad, ya que obliga a las personas que no cuenten con pasaporte mexicano u otra identificación oficial, a ingresar a territorio mexicano como extranjeros y no como mexicanos, situación que no solo conculca sus derechos sino les niega su raíz, su origen y su identidad nacional, solo por la mezquina intención de los anteriores gobiernos a obtener un ingreso indebido.
El objetivo de la iniciativa presentada radica principalmente en que se permita a los connacionales que ingresen al territorio nacional identificarse como mexicanos no obstante que el documento que exhiban para acreditarse como tales sea pasaporte extranjero, siempre y cuando en el mismo conste que nacieron en territorio mexicano.
Reconozco a mis compañeros diputados, principalmente a los de la fracción parlamentaria de Morena, que otorgaron un apoyo mayoritario a la iniciativa al aprobarla en lo general y en lo particular por 463 votos. Seguro estoy de que al ser turnada al Senado de la República encontrará también el aval de los integrantes de la cámara alta, porque se trata de una modificación constitucionalmente trascendente que busca corregir una grave injusticia que se vive de manera cotidiana en las aduanas de la frontera norte de nuestro país, donde diariamente a miles de mexicanos se les exige el pago de una contribución como condicionante para ingresar a su patria.
Ya no más restricciones ni trato discriminatorio para quienes, por su situación de doble nacionalidad y bajo el argumento de no poseer documentación mexicana sean sujetos de violaciones a sus derechos humanos. Hoy les estamos reconociendo y garantizando su libertad de ser mexicanos al permitírseles acreditar con un pasaporte extranjero su nacionalidad mexicana. Porque una vez nacidos en México todos somos mexicanos para siempre.
Últimos comentarios