El impacto de los microbios es especialmente dominante en suelos de sistemas áridos, donde se presume que la principal entrada de carbono y nitrógeno en la atmósfera está mediada por microorganismos.
Los microorganismos son responsables del ciclaje de nutrientes en el planeta, lo que tiene consecuencias en la ecología global, mediante la emisión de ciertos gases y la captura de otros, como el bióxido de carbono.
Esos flujos tienen impacto en el clima global y resulta que México es mayoritariamente árido o semiárido, por lo que el proyecto planteado se enfocará a analizar cómo es que la diversidad de microorganismos en los suelos áridos impacta la entrada de nitrógeno en esos ecosistemas, y cómo responderá esta actividad ante escenarios de cambio climático.
El nitrógeno atmosférico en su forma molecular es un gas que no puede ser aprovechado por los organismos en general, salvo por algunos que poseen una enzima denominada nitrogenasa, que lo descomponen, transforman o mineralizan en forma asimilable para otros seres.
Es menester evaluar la respuesta en diversidad y en función de comunidades microbianas de suelos áridos de México. Sobre todo, en dos tipos de desierto: caliente y frío, utilizando estrategias de investigación clásicas en ecología, es decir, en plantas, trasplantes recíprocos que no se han hecho en comunidades bacterianas porque implica un reto logístico importante.
En la temporada de lluvias, en desiertos calientes, se podrían hacer trasplantes de comunidades microbianas de las zonas áridas frías y viceversa.
De esta manera, las comunidades contrastantes experimentarán la combinación de temperatura y precipitaciones recíprocas, y así se asegura también que las comunidades de los suelos estén metabólicamente activas y tengan la capacidad de fijar nitrógeno, de dividirse y adaptarse a las nuevas condiciones.
Las que habitan en ambos ecosistemas tienen especies diferentes, pero aún es punto de debate si cada arreglo de especies está específicamente adaptado a las condiciones de cada uno de ellos. Entonces, el intercambio serviría para determinar si su composición varía por la influencia del entorno, para establecer si su tasa de fijación de nitrógeno o su función ecosistémica varía, y saber si ello se correlaciona con las condiciones ambientales, con la composición original o por alguna interacción entre ellas.
Una de las predicciones de cambio climático para las zonas áridas es la modificación de los patrones de precipitación; en el caso de los desiertos, su periodo de lluvias podría verse desplazado hacia otra época del año, además se conoce relativamente poco del funcionamiento de los ecosistemas áridos en términos de flujos de nutrientes.
Si tenemos una idea de cómo responden las comunidades microbianas a estas alteraciones, podríamos ofrecer predicciones más realistas de cómo las entradas de carbono y de nitrógeno podrían verse afectadas.
Aunque es ciencia básica, los resultados apuntan hacia el mejoramiento de las predicciones de escenarios de cambio climático, cuya información, en el largo plazo, podría incidir en políticas públicas para un mejor manejo, así como poner un foco de atención en la relevancia de conservación de esos entornos, que proporcionan servicios ecosistémicos importantes.
El interés primordial con los primeros resultados en un año; sería vislumbrar la funcionalidad de esta estrategia. Esto es importante para continuar en el camino de la ciencia, aunque los avances sean de a poco.
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