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Un paciente fuera de serie…por Elías Salas

Manuel Gándara y Elías Salas, dos impulsores de la culturaEN TORREON COAH.

Son exactamente las siete a.m. acabo de llegar a la clínica 71 de especialidades de la ciudad de Torreón Coahuila, la mañana no esta tan fresca como acá en Delicias, muchísima gente de manera apresurada se dirige a la entrada. Por un momento me dan ganas de sacar mi identificación de periodista, en Delicias ya me habían advertido que en esta clínica, si no eres pariente de algún interno difícilmente te dejarían entrar. Pero recordando que en semanas anteriores Rosendo y Saúl ya habían estado con Manuel y me habían dicho que no era tan difícil como nos la habían platicado, decidí encaminarme sin ningún “salvoconducto” o credencial de periodista.

Llego a la entrada y un hombre de aproximadamente 1.90 mts  me detiene inmediatamente y me dice; alto, ¿a donde va?

-A lo que conteste: – a visitar a un amigo que se encuentra internado

– aquí no se puede entrar si usted no tiene ningún pariente, con energía se dirigió a mí.

A lo que conteste: – ¿qué le pasa porque aquí no se puede entrar a visitar a los amigos? ¿Quién dio esta orden?

-Ya medio encabritado me contestó. Yo solo tengo órdenes de no permitir que entren personas que no sean familiares.

-Señor, yo vengo desde Delicias Chihuahua a visitar a un amigo y usted sale con que no se puede,  ¿quien es su superior, ¿de quien recibe ordenes directas?..

Este sujeto empezó a molestarse y me dijo; mire ya le dije claramente que no puede entrar, ¿que no entiende? O, ¿como quiere que le haga entender?…

La discusión ya empezaba a subir de tono la mera verdad, ya me estaba intolerando  llegando al grado de pensar: qué se creerá este pendejo, a poco se cree el dueño de esta clínica, o que se estará creyendo?..

La gente seguía entrando y todos portaban algo así como un cartón, no se que seria, posiblemente un pase, excepto los que vestían de blanco, supongo que enfermeros o personal de la clínica no exhibían nada, solo entraban, y yo seguía sin poder pasar, aguantando a este mequetrefe, pensé : nada gano con una discusión inútil, esto ya se esta convirtiendo en una confrontación estéril, creo que debo serenarme. Vi acercarse un doctor esto lo supuse por el estetoscopio que llevaba al cuello,  e intencionalmente le dije al CANCERBERO bravo que custodiaba la puerta, señor solo permítame ir al baño y me salgo rápidamente, me vine directamente desde la central de autobuses y necesito ir al baño.

En tono que parecía ser amable me dijo, – esta bien están aquí derecho pásele-..

Ya en el baño saque mis credenciales de periodista y con un poco de adrenalina mezcla de coraje y preocupación, me dirigí a la salida.

Como el feroz guardián de la puerta estaba entretenido en revisar a los que entraban, no se dio cuenta de mi salida, a un par de metros de la salida, ya con los gafefetes  de periodista al cuello, me acerque al guardia privado y le dije;  ¿me vas a permitir entrar o no?.. Esto ya se lo dije con bastante emoción, no se si coraje o que, pero ya estaba dispuesto a presentarle pelea.

Afortunadamente este sujeto inmediatamente observo mis identificaciones de periodista y con una amabilidad que no se la creí me dijo; ¿por qué no me había dicho que es usted periodista? Lo hubiera dejado entrar inmediatamente, pásele por favor, allá al fondo a la derecha están los elevadores. Y puede preguntar a la recepcionista de esa ventanilla en cual cama esta su paciente. Entre sin contestarle pensando, pin… pend…. Este es de los hombres sin rostro, de los autómatas que no razonan, y que se suben a un ladrillo y se marean.

El Elevador

Subo a este aparato y casi de manera atropellada se llena. Fácilmente unas doce personas a bordo, menos mal que no estaban tan gordos, sino mejor me había salido de ese hacinamiento. No se como permiten que suban tantas personas, unas al primer piso otras al segundo y así sucesivamente. Al fin llego al quinto piso, me dirijo a la cama y la habitación donde se encuentra Manuel Gándara y así, con su bata típica de los pacientes nos damos un abrazo, me da gusto saludarlo, vente vamos al pasillo cerca del baño. Allá nos sentamos a platicar, sirve que estamos al pendiente para que no me vallan a ganar la regadera.

Llegamos a un vestíbulo con vidrios a la calle, se ve el ambiente contaminado de humo. Pobrecito Torreón! Están bien fregados con el smog. Nos sentamos y empezamos a platicar.

Elías. – Y que paso como te sientes?

—Manuel Gándara (sonriente) a toda madre! Me da gusto que vengan los compas!… ——Elías.- Si, a mi también me da gusto, oye Manuel pero como vas, que te están haciendo?..

-Manuel.. Lo mismo siguen los catéteres,

– y  anímicamente como estas?   Le pregunto a quemarropa.

– Fíjate que me siento muy bien, tranquilo. A pesar de que ya mero cumplo un mes.-  —–Oye Manuel y sigues tomando tu medicina? –   Si Fíjate que la tomo puntualmente.-

–Mira ven a mi cama para mostrarte algo. Lo sigo, entramos a su habitación, nos acercamos a su cama y me muestra su LAP. Desde aquí escribo. La tengo de contrabando, pero en el periodismo se vale.- ¿cómo vez?…

Claro que si, estoy de acuerdo contigo todo se vale.-

-Y que hay de nuevo Elías han seguido con la actividad de los Cafés Literarios?..

–  No fíjate que por el momento no se ha continuado con la actividad, es que se han atravesado muchas cosas.- y tu proyecto aquel que me habías platicado de la pintura aquella como va?..

.- Fíjate que precisamente aquí traigo en mi portafolio, una copia del DVD, que es parte del proyecto que te había platicado, lo deje en la oficina del Presidente Mario Mata porque así me lo encargo.

– Y que tal? Cuestiona Gándara.

Pues te digo la verdad, no he ido a ver que ha pasado, se lo deje al Ing, Valenciano para que se lo entregara, pero si quieres ver el video, que tal si lo ponemos en la tu LAP?.. -Órale! Echamelo  pa  meterlo en la compu y lo vemos, diciendo esto Manuel pone manos a la obra, conecta su compu, e introduce el DVD, lo estamos viendo con un volumen bajo para no interrumpir a los demás pacientes. Mientras lo vemos se acerca una enfermera y le pregunta a Manuel que ¿como esta?,- muy bien gracias.

Terminamos de ver el DVD.  Y dice Manuel; ¿que tal si mientras regreso a bañarme pasas al comedor, con los demás visitantes, Sin esperarse a que le contestara, Gándara con toda la naturalidad le dice a una señora que no recuerdo como era su nombre; Le encargo a mi compa Elías para que lo acompañe a desayunar?

– Si como no Don Manuel. Contesta en forma amable la persona. Camino al baño dejamos a Manuel y nos encaminamos a los elevadores. La señora me dice; Oiga, y usted ¿que es de Manuel?

– Solo somos amigos le contesto

– vengase pa  aca  . Aca están los elevadores que nos llevan directo al comedor. Nuevamente entramos a el elevador y numerosas personas entran en el, incluso un enfermero llevando en camilla a un paciente. Todos oprimen el numero de su piso, y el elevador empieza a descender, primero al cuarto, luego al tercero y así sucesivamente hasta la planta baja. Salimos mi guía y yo rumbo al comedor para los visitantes.

Ya hay una larga fila con personas cargando una gran charola, sobre una mesa enorme de aproximadamente doce o quince metros de longitud, el comedor tenía capacidad para cien personas fácilmente, estaba lleno. Se encuentran distintos recipientes con comida, todo un BUFFETE. En medio de las cazuelas o recipientes se encuentra un Sagrado Corazón,  Pienso; – seguramente estas personas son de esos católicos de buen corazón que van cada mañana a dar alimentos a los familiares que van de fuera. La organización CARITAS,  me hicieron recordar a los Caritas de Delicias cuando nos dieron un burrito de frijoles..! Que diferencia, acá en Torreón era comida variada, y muchos platillos y constantemente nos decían; pueden repetir y comer todo lo que gusten, nos ofrecían refrescos y aguas frescas. Yo la mera verdad me daba asco comer en esa clínica! Nunca me ha gustado comer en hospitales, me imagino los miles y miles de virus pululando en el ambiente!.. Despistadamente me desaparecí de la señora que había sido mi guía, fui y me senté junto a unos señores para camuflajearme, y solo me tomé el refresco,

Transcurrieron unos treinta minutos en el comedor y pensé subir de nuevo con Manuel Gándara, como ya sabia todo el camino, no espere a mi anfitriona y subí directamente ala habitación de Gándara.

Platicamos de todo. De política por supuesto, de los enroques que se pueden dar acá en Delicias, de como se encuentra el Calderonato, de la “grande” que ya no tarda, y Gándara como sin nada! Con una sonrisa a cada momento, con un chascarrillo, hasta me atreví a decirle; como la ‘riegas’ Manuel nomas tu sabes que estas enfermo! Yo te veo a todo dar! Incluso tu semblante esta mejor, tu piel se ve muy bien!, y hasta te das tiempo de escribir para Código Delicias.

LO  INCREIBLE… E INSOLITO

-Oye Manuel y ya hablando la mera neta como está eso de tu operación?

-La verdad es que tengo muy pocas probabilidades de sobrevivir.

-Como esta eso?… re barájemelo mas despacio.

-Es que si acaso tengo un 20 por ciento de probabilidades de sobrevivir

-Y lo dices tan tranquilo?

-Si, fíjate que si, me siento tranquilo con bastante fe

-Entonces piensas que con un ochenta por ciento en contra te va a ser suficiente?

-Es que no tengo 80 en contra, tengo un VEINTE POR CIENTO DE VIVIR

-Si pero crees que te va a ser suficiente este veinte por ciento de posibilidades?

Estoy seguro y tengo fe en que dios me va a sacar bien de esta

Y,  en esta tremenda experiencia, con que te quedas?

-Pues con la reflexión de que tuve excesos, que no lleve una alimentación adecuada, que nunca pensé en que me pasaría esto, y ¿que te puedo decir? Que esto me deja una gran enseñanza, que la vida es muy valiosa, que los seres humanos no sabemos valorarla, que siempre andamos ajetreados por la” lana” por los compromisos, que no gozamos ni vivimos la vida como se debe.

Después de esta mini-entrevista “subterránea”, porque nunca le dije a Manuel que lo iba a entrevistar, se dio tiempo y al llegar una enfermera bonita el buen Gándara  ejerciendo un liderazgo se dirige a ella: – Oiga señorita, en nombre de toda la comunidad, que aquí se  encuentra y que estamos en calidad de pacientes, quiero solicitarle, que de vez en cuando, alguien se venga acurrucar o recostar un rato a platicar con nosotros” Todos se ríen, incluyendo enfermeras y pacientes, La señora que había hecho las veces de mi guía, dice susurrando; A que Manuelito tan ocurrente.

Nos encontrábamos platicando de varios temas cuando llego un joven doctor. De aproximadamente 28 o 30 años. Y acercándose a Manuel le dice; ¿que paso señor?,¿ como se encuentra?

Manuel. – Muy bien doctor gracias.

– El joven doctor.- Oiga y a propósito, ya sabe que lo van a programar para cirugía?..

-NO doctor todavía no se, pero quien me puede informar con exactitud,  interroga Gándara.

-Mire ahorita voy a ver eso y le hago saber ese dato, afirma el doctor. Seguimos platicando y aproximadamente a los treinta minutos le llega la información a Manuel; Esta programada su operación el VIERNES.        Gracias, de una manera tranquila y serena contesta el buen Manuel. Aprovecho para hacerle la temida pregunta;  Bueno, ya estas programado para  cirugía, como te sientes?

Fíjate que bien. Tranquilo, ya te había comentado en el vestíbulo de este pasillo que con el veinte por ciento va a ser suficiente, y pues tengo mucha fe,

Y como es el procedimiento de operación, ya te encuentras bien informado? – Si, al momento de operarme viene la anestesia, me conectan a la máquina del BYPASS, y empieza la cirugía al corazón, lo único pendiente que tengo es que se valla la luz.  – Y eso que tiene que ver , lo de la luz con tu operación?.  –

Pues es que voy a estar conectado a la maquina de bypass y es la que me va a mantener con vida, y si se va la luz eléctrica pues ya estuvo, es como si me apagaran el swith. –  (riéndonos ambos) como la riegas, lo dices como si ya te fueras a chiflarle a las hormigas,

— Pues más o menos contesta Manuel.  –Pero bien sabes que estas Clínicas tienen plantas de emergencia para esos casos- pues si yo  solo lo digo pa agarrar cura, lo bueno es que tengo bastante fe.

Sin Duda Gándara es un hombre de gran fe, y como lo dice el cabezal de este articulo.. ES UN PACIENTE FUERA DE SERIE. Nunca en mi vida he visto a personas con semejante actitud, que a pesar de estar con el pendiente de una operación tan delicada, vean las cosas de tan buen talante. Una gran lección haber estado con Manuel, El Amigo, El Periodista, El Esposo, el ser humano que asombra con su fe, yo le dije ya para despedirme; MANUEL YO TAMBIEN TENGO UNA GRAN FE EN TATA DIOS, CREO QUE VAS A SALIR BIEN DE TU OPERACIÓN, ESTOY SEGURO QUE TODAVIA TIENES MUCHAS COSAS POR HACER, Y NO ME CABE LA MENOR DUDA DE QUE ESTARAS MUY PRONTO ALLA POR DELICIAS, ESPERO VENIR A VERTE EL DIA DE LA OPERACIÓN, DIOS TE BENDIGA Y CONSERVE HASTA ENTONCES.

Nos damos un abrazo y nos despedimos, hubiera querido platicar más  y estar con el, pero una llamada de Secretaria del Ayuntamiento de Gómez Palacio Dgo, entro de manera indiscreta y me solicitaron que fuera para allá, Se trataba de platicar con los amigos de esa secretaria sobre proyectos culturales que con anterioridad se habían puesto a consideración del sr REBOLLO, anterior alcalde.

Bueno eso ya es otro rollo, por lo pronto saludos a la familia de Manuel y si se puede y dios lo permite allá nos vemos el viernes, si el patrón no dispone otra cosa.

P.D. El  patrón a que hago referencia es Dios, No le tengo miedo ni al Presidente de la Republica, solo a El… (mi tata Dios), como dice mi

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