Home » Opinión » Palabras que matan..por Aída María Holguín

Palabras que matan..por Aída María Holguín

FRASEARIO-
Palabras que matan—
Si hablamos de matar, las palabras matan. Dice acertadamente una frase de la canción “Matador”, escrita por Flavio Cianciarulo.  Lamentablemente, ese dicho se confirmó con lo sucedido la mañana del jueves 23 de marzo: los cobardes no soportaron más las palabras de Miroslava Breach Velducea y la asesinaron.
Miroslava Breach se distinguió por ser una periodista libre y profesional (con toda la extensión de ambas palabras) que durante tres décadas investigó e hizo del conocimiento público temas que pocos se atrevían a tratar. Problemáticas sociales que requerían de un periodismo entregado, apasionado y responsable como el que Miroslava siempre desarrolló a pesar de los riesgos que desde hace bastante tiempo implicaba el ejercicio periodístico en Chihuahua.
Y es que desde hace aproximadamente 7 años, en este mismo espacio de reflexión y análisis, se expusieron los motivos del por qué a veces es tan difícil escribir.  Desde ese entonces ya era evidente que la tranquilidad de los chihuahuenses había sido arrebatada (con la ayuda directa o indirecta de las autoridades) por grupos del crimen organizado, y que ejercer el periodismo se había convertido en una profesión de alto riesgo.  Durante esos 7 años, Miroslava Breach no dejó de escribir.  Miros siguió apegándose a los principios y valores del periodismo.
Es evidente que la trayectoria profesional de Miroslava Breach es uno de los mejores ejemplos del deber ser del periodismo.  Ese periodismo que tanto necesita México y que, con el asesinato de Miroslava, ha sufrido otra irreparable e imperdonable mutilación.   Esto último explica por qué su homicidio ha conmocionado e indignado no sólo al gremio periodístico, sino a todos los sectores de la sociedad a nivel local, nacional, e incluso internacional.
Queda claro que las palabras (plasmadas en textos periodísticos impecables) de Miroslava Breach, incomodaron a ciertos grupos del crimen organizado (del narcotráfico y de “cuello blanco”) hasta el grado de optar por asesinarla de la manera más vil, cobarde y artera; no obstante, también queda claro que el homicidio de una periodista (como Miroslava) que se distinguió por su intachable reputación, es parte -y consecuencia- de una perversa estrategia relacionada con intereses políticos del pasado, del presente y del futuro.  Y es esto último lo que hace particularmente inadmisible e imperdonable su asesinato.
Miroslava merece justicia.  Justicia que debe asegurar, sí el Gobierno del Estado encabezado por Javier Corral Jurado, pero también el Gobierno Federal encabezado por Enrique Peña Nieto.  Justicia para el periodismo ético y comprometido como cimiento de una democracia concebida no solo como forma de gobierno, sino como una forma de vida social; como instrumento fundamental para asegurar la gobernabilidad y la justicia.
El asesinato de Miroslava Breach Velducea es un doloroso y vergonzante recordatorio de que en México las palabras matan; sin embargo, hoy sus palabras están más vivas que nunca. Por Chihuahua, por México, por Miros y para que el periodismo ético no muera, hoy, más que nunca, es imprescindible atender su constante y permanente llamado: “¡No hay que detenernos!”.
Finalizo en esta ocasión con lo dicho alguna vez por el militar, político, diplomático y escritor venezolano, Francisco de Miranda: “Entre las diversas maneras de matar la libertad, no hay ninguna más homicida para la república que la impunidad del crimen o la proscripción de la virtud”.
Aída María Holguín Baeza
Correo electrónico: laecita@gmail.com
Artículos anteriores: laecita.wordpress.com

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *