partiendo el diamante por David Ogaz
Partiendo el diamante
Con melón o con sandia
Desde el anuncio oficial de la independencia del campeonato estatal de béisbol de la federación mexicana de béisbol, dirigida por el septieterno coronel Alonso Pérez, se formaron dos grupos bien definidos: los partidarios de la nueva liga y los inconcionales del teniente coronel.
A raíz de esta división, ya ambos grupos han anunciado la organización de sus campeonatos regionales con miras a jugar el campeonatos estatal, unos con reconocimiento de la federación y los otros catalogados como una liga independiente.
La lucha de intereses no se ha hecho esperar ni mucho menos las amenazas . los puntapiés y zancadillas. Por un lado , la federación ha amenazado con castigar por cinco años a todos los peloteros que jugaran en esta nueva liga.
Por otro lado, la liga independiente, la cual cuenta, por cierto, con la aprobación del gobierno del estatado, y por lo tanto va a jugar en los estadios de juridicción estatal, con lo que va a obligar a los federados a buscar parques municipales para realizar su campeonato.
Mientras, los allegados a la federación tienen como bandera darle oportunidad a los nuevos valores, la liga independiente sigue con su esquema deportivo, tendiente a dar un espectáculo, aunque bajo mi punto de vista, al momento de gestar esta nueva liga, se esperaba que iban a profesionalizar esta liga, con todas sus letras, es decir, abrir la puerta a los peloteros profesionales, etc.
En cuanto a los patrocinadores, ambos grupos antagonistas, se ufanan en declarar que varios mesenas van a ayudarlos para solventar los gastos de sus respectivos campeonatos, con lo que por lo pronto, los federados caen en contradicción, pues según el presidente de la federación mexicana de béisbol, Alonso Pérez , ellos promueven el béisbol amateur, es decir de aficionados, quienes, se supone, no cobran por jugar, aunque hasta los niños de primaria saben que ya nadie juega por amor a la camiseta.
Así las cosas al iniciar este 2010, que por cierto, espero que todos los deseos se nos cumplan al mil por ciento, así sea.
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