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¡Pobre México!…por Aída María Holguín

De acuerdo a la Real Academia Española (RAE), la definición de “pobre” tiene varias connotaciones, mismas cuyo significado real radica en el contexto en el que se aplique dicho adjetivo; no obstante, en términos generales pobre significa la falta de algo.
Partiendo de esa generalidad y analizando la historia de México, ésta nos cuenta que al país siempre le ha faltado algo (siempre ha sido pobre de alguna u otra forma); sin embargo -y de manera contraria a lo que debería ser-, conforme pasa el tiempo son cada vez más las cosas que faltan.
Habitualmente, el término pobreza se contextualiza y ubica en la primera definición que la RAE da a dicha palabra; es decir, a la falta de satisfacción de las necesidades básicas que permitan elevar la calidad de vida de las personas.
En ese contexto, fue que la semana pasada el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) dio a conocer que en los últimos dos años ha incrementado el número de mexicanos que viven en la pobreza, exhibiendo así, el fracaso de las estrategias “estrella” -para el combate a la pobreza- de la actual administración federal denominados “Cruzada contra el Hambre” y “Prospera”, decretadas por el presidente Enrique Peña Nieto, y cuya organización y funcionamiento dependen de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL).
Lo anterior nos lleva a otra de las definiciones de “pobre” -según la RAE-; y es que considerando que ser pobre también significa escasez o insuficiencia de algo, el fenómeno de la pobreza en México -evidenciado por el CONEVAL-, señala la innegable escasez e insuficiencia de políticas públicas – por parte de los tres órdenes de gobierno- eficientes, efectivas y eficaces en materia de desarrollo social y humano.
Desde esa perspectiva, entra a la escena el tercer significado que la RAE da al término “pobre”: la carencia de valor o entidad.
La carencia de valor de las acciones gubernamentales en materia de combate a la pobreza, se ejemplifica con el hecho que el gasto en publicidad oficial no vale -ni en lo mínimo- los resultados obtenidos.  Esto, considerando que en dos años, la SEDESOL ha desembolsado -al menos- 485 millones de pesos, tan solo en las campañas publicitarias de la Cruzada contra el Hambre
Por su parte, la falta de entidad se manifiesta en el contundente fracaso de las encomiendas que tienen los entes públicos encargados de garantizar el desarrollo social y humano de los mexicanos.
Todo lo anterior, ha provocado lo indicado por la RAE como un cuarto significado de “pobre”; es decir, la infelicidad, desdicha o tristeza que la mayoría de los mexicanos experimentan a causa de las “flamantes” reformas estructurales impulsadas por el presidente Peña -y compañía-, mismas que han traído como resultado –económicamente hablando- el aumento de la clase baja, la disminución de la clase media, y un mayor enriquecimiento y empoderamiento de en la clase alta.
En resumen, México ha transitado -sin hacer pausa- en el camino hacia la pobreza, pasando -en solo un par de años- de ser pobre en algunos aspectos, a ser pobre en todos los aspectos; lo cual, nos lleva a una quinta definición que la RAE da al término “pobre”: conforme van pasando los meses, los mexicanos están cada vez más cortos de ánimo y espíritu al ver, sentir, y sobrevivir -en la medida de lo posible- a las consecuencias de tener gobiernos inmensamente “ricos” en funcionarios faltos de conocimientos, habilidades y/o capacidades, carentes de valores y entidad, escasos de acciones tendientes al logro del bien común, y con un corto -o más bien nulo- espíritu de servicio.
Esta ocasión concluyo con lo dicho alguna vez por el abogado, periodista, docente, político y ex presidente de Argentina, Arturo Frondizi: “Un pueblo pobre y sin esperanzas no es un pueblo libre. Un país estancado y empobrecido no puede asegurar las instituciones democráticas. Por el contrario, es campo propicio para la anarquía y la dictadura.”
Aída María Holguín Baeza
Correo electrónico: laecita@gmail.com
Artículos anteriores: laecita.wordpress.com

 

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