Política de entretenimiento…por Aída María Holguín
Política de entretenimiento.
No bastó con que al ahora presidente Enrique Peña Nieto lo casaran con una actriz de telenovela para elevar su “raiting”, ni que su candidatura fuera producida por la televisora que produce la mayor cantidad de contenidos de entretenimiento de habla hispana, ni que en su plan de campaña estuviera incluido el ofrecer al electorado femenino más telenovelas.
Tampoco ha bastado con que cantantes, actores y actrices de telenovela -como Juan Antonio “Tony” Meléndez y Carmen Salinas- con tan poca preparación -en todos los aspectos- hayan sido elegidos como candidatos a ocupar una curul en el Congreso de la Unión. Ahora es desde las propias instituciones públicas que se incita -principalmente- al público femenino a considerar que las telenovelas y sus protagonistas son lo que los mexicanos necesitan para seguir moviendo a México (será hacia el precipicio).
Si bien es cierto que la propuesta de prometer más telenovelas no se concretó durante la campaña de Peña Nieto, también es cierto que con lo dicho recientemente por el gobernador de Chihuahua, César Horacio Darte Jáquez, y por el alcalde de Chihuahua, Javier Garfio Pacheco, queda claro que la plataforma política del Partido Revolucionario Institucional sí incluye el fomentar el “pan y el circo” a través de los géneros televisivos de entretenimiento y que, además, la misoginia sigue siendo parte de su naturaleza.
Fue el pasado fin de semana, cuando durante una fiesta organizada por los gobiernos estatal y municipal para celebrar el Día de la Empleada Doméstica, César Duarte y Javier Garfio entregaron televisiones de plasma –pagadas con el erario público- y dirigieron sus misóginos y retrogradas discursos.
Mientras que Garfio sugirió a las asistentes que es mejor ver moverlas que noticias (porque no hay noticias buenas), Duarte fue más allá y les dijo a las trabajadoras domésticas que si Televisa conociera la historia de cada una de ellas, tendría suficiente material para hacer una novela.
Con estos mensajes de tan bajo nivel, no queda duda de que quienes están gobernando son: o cada vez más cínicos y misóginos o cada vez menos inteligentes. Esa es la clase de gobernantes que la mayoría de los mexicanos tenemos gracias a una minoría y gracias a que nuestro sistema político electoral así lo permite.
Bien lo dijo un cibernauta en redes sociales: no cabe duda de que con las candidaturas de “el payaso Lagrimita”, Cuauhtémoc Blanco y Carmen Salinas, se confirma que con el paso de los años la política en México es puro circo, maroma y teatro.
La insistencia del PRI en que los programas de entretenimiento tienen mayor relevancia sobre la información pública, se explica con el hecho de que con tantos discursos demagógicos e insultantes, hay cada vez más ciudadanos interesados en buscar medios alternativos de comunicación en los que sí puedan encontrar información veraz, y en los que su inteligencia no sea insultada, tal y como lo han venido haciendo personajes como César Duarte y Javier Garfio –con el apoyo de los medios de comunicación oficialistas-.
En México -y en Chihuahua- estamos muy lejos de vivir en un “mundo de hadas”, pero en el que sí estamos viviendo, es en un país de telenovela en la que la historia es un melodrama basado en hechos de la vida real, y los actores políticos carecen de las más elementales herramientas para “interpretar” su papel de manera adecuada.
En esta ocasión concluyo con lo dicho alguna vez por cineasta y guionista italiano, Federico Fellini: “La televisión es el espejo donde se refleja la derrota de todo nuestro sistema cultural.”
P.D. Ya que andan muy entrados promocionando telenovelas, entregando televisiones a diestra y siniestra, y que tanto insisten en que seamos propositivos; sugiero que el actual slogan de la Presidencia de la República y de las próximas campañas de PRI sea algo más realista; algo así como: “Entretener a México”.
Aída María Holguín Baeza
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