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Prosperar sin oportunidades…por Aída María Holguín

En el marco del Segundo Informe de Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, el mandatario dirigió un mensaje en Palacio Nacional ante la presencia de la “crema y nata” de la sociedad mexicana.
Ese día, el Presidente anunció la transformación del Programa Oportunidades en el Programa Prospera; esto -según el Presidente- , debido a que “los méritos de Oportunidades -con 17 años de vida- han sido reconocidos internacionalmente, pero sus limitaciones son cada día más evidentes.
De acuerdo  la poca información que aparece en el portal de la Presidencia de la República, “con ‘Prospera’  las familias tendrán más y mejores oportunidades”; sin embargo, no hay información que indique a detalle en qué consiste el crecimiento y evolución que según Peña Nieto habrán de darse a raíz de la migración de “Oportunidades” a “Prospera”.
Lo único que hasta el momento representaría un “cambio” real, es que al entrar en operaciones “Prospera”,  iniciará con una fuerte campaña de planificación familiar; lo cual, solo vino a recordar y a apoyar aquello que a principios de este año dijo la Secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles: “Oportunidades ya no va a beneficiar a las que tengan muchos hijos “.
Pero bueno, salvo por lo anterior y por el cambio de nombre, hasta el momento no hay nada nuevo que se pueda observar como elemento diferenciador de ambos programas.  Y aunque la Presidencia de la República ha publicado en su portal seis “nuevos” beneficios que traerá consigo el Programa Prospera, éstos en realidad no “valen” el cambio de nombre.  Dicho en otras palabras “va a salir más caro el caldo de que las albóndigas”.
Y es que considerando que el “Programa Oportunidades” es el  programa social que tiene más recursos asignados (por la magnitud de los apoyos y de los beneficiarios que atiende), resulta imposible –al menos a mí- no pensar en los cientos de miles de millones de pesos que serán utilizados para cambiar la imagen institucional (rotulación de vehículos, papelería, uniformes, artículos promocionales, etc.)
Lo anterior, sin considerar las millonadas de recursos que utilizaron para cambiar la imagen que al inicio del sexenio se da, más la que utilizaron para la imagen de la “Cruzada contra el Hambre.
Otro de los motivos que Peña dio para transformar a “Oportunidades” en “Prospera”, es que “no obstante que este año se invierten más de 73 mil millones de pesos en ‘Oportunidades’, la proporción de mexicanos en pobreza es prácticamente la misma desde hace tres décadas; por lo que retomando todo lo anteriormente expuesto, la pregunta entonces sería: ¿Des esos 73 mil mdp cuánto se destina a los gastos de operación?; es decir , ¿qué porcentaje de esos recursos se gasta en operar el Programa  y posicionar  la imagen del Presidente y su gobierno, y cuánto se invierte realmente  en apoyos para la población objetivo.
Por todo esto –y mucho más- , es que resulta muy difícil creer que el cambio de nombre no se debe a que 2015 es año electoral y que los recursos (financieros, humanos,  materiales) que de “Prospera” emanen, les serán de mucha utilidad.  No olvidemos que en el pasado proceso electoral de 2013 se evidenció el uso de los programas sociales -por parte de gobiernos priístas- con fines electoreros.
El caso es que -podrán cambiarle el nombre a todo aquello que les recuerde los dos sexenios anteriores, pero si no cambian sus “modos” va a ser muy difícil que los mexicanos prosperemos por la falta de “oportunidades” que poco a poco nos han ido quitando (y no sólo de nombre).
En esta ocasión, finalizo con lo dicho alguna vez por el piloto de automovilismo de la Fórmula 1, Ayrton Senna da Silva: “No puedo vivir en una isla de prosperidad, cuando estoy rodeado de un mar de miseria.”
Aída María Holguín Baeza
Corrreo electrónico: laecita@gmail.com

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