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Querido ciudadano anónimo…por Luis Villegas

 

Querido ciudadano anónimo:

 

Como luego se dice: “el que avisa no es traidor”. Así que si eres chairo o semichairo, harías bien en dejar de intentar leer en este punto pues, animalito, es ta car ta no es pa ra ti (así, espaciadito y deletreado para que entiendas). Si ya dejaste de leer, o de plano eres masoquista, ni modo, a lo que te truje Chencha.

 

Recomencemos:

 

Querido ciudadano anónimo:

 

Te escribo con el corazón en la mano. No me dirijo a ti para pedirte que votes en favor de tal o cual partido político o candidato, en lo absoluto; ni para persuadirte sobre cuál opción es mejor. Te escribo solo para pedirte, es más, para suplicarte, que el próximo 6 de junio salgas a votar.

 

He visto las calles vacías de ti y, salvo contadas excepciones, las plazas y los parques públicos grises, apagados y no tan llenos de vida como sería deseable; echo en falta el aire de fiesta de hace treinta años, cuando la oposición toda (de derechas o izquierda), volcada en las calles, hacía valer sus fueros con banderas, gorras, el claxon de sus coches y una miríada de calcomanías pegadas en las defensas, en las ventanas o incluso en una camiseta blanca. Entonces, resultaba claro: el gobierno o nosotros.

 

Ahora, esa oposición se ha desdibujado mucho; con diez partidos, seis de ellos progobierno y producto de una estrategia auspiciada por un pacto de impunidad con lo peor del sindicalismo charro (con Elba Esther o “Napito”) a la cabeza, MORENA es, sin duda, el enemigo a vencer.

 

López Obrador es, a no dudarlo, lo peor que le pudo pasar a México en esta hora oscura de atraso, enfermedad y violencia. Senil, mentiroso, autoritario, ignorante, inculto, empeñado en perpetuarse, ciego a lo que no constituya “su verdad”, Andrés Manuel pretende hacer de México una utopía setentera donde el primer mandatario preguntaba “¿qué horas son?” y una corte de lambiscones cobardes y obsequiosos respondía: “¡las que usted mande, señor presidente!”.

 

Por eso, me asustan, querido ciudadano anónimo, tu silencio, tu apatía, tu desinterés, tu desconcierto; como ves muchos partidos es lógico que no sepas por cuál votar; como ves que candidatos suben y candidatos bajan, no hallas por quién decidirte; como oyes, todo el día, mentiras oficialistas que al amparo del poder intentan venderte inexistentes historias de éxito, no sabes qué pensar ni a quién o en qué creer.

 

No te dejes engañar. Reflexiona.

 

Estoy seguro que tú conoces a alguien, un papá o una mamá, a quien dejaron sin guardería para sus hijos, vota en contra del Gobierno que la suprimió; a alguien que recién acaba de tener un bebé y tuvo que salir del hospital sin vacunas y sin poder comprarlas porque no hay, vota en contra del Gobierno que dejó de surtirlas; a alguien que se le murió, o se le está muriendo, un hijo con cáncer, vota en contra del Gobierno que lo deja morir; a alguien a quien le han asesinado una mujer, una hija o una hermana o la han herido o violado, vota en contra del Gobierno que lo permite; a alguien a quien le mataron un hijo, un hermano, un padre, en esta violencia descontrolada que ha crecido más que en cualquier otro sexenio (más que con Calderón o con Peña), vota en contra del Gobierno que la tolera, deja libres a los narcos y saluda de mano a sus parientes; alguien a quien se quedó sin trabajo en el sector público o privado durante los últimos meses, vota en contra del Gobierno al que no le importa el desempleo; a alguien que se murió de COVID porque no había camas de hospital, ni ventiladores, ni medicinas, vota en contra del Gobierno al que poco le importa tu salud; a alguien que se horrorizó por la matanza de la Línea 12 del Metro ante el silencio gélido e inexplicable de las autoridades, vota en contra del Gobierno responsable; a alguien que continúa esperando apoyos, pensiones y becas que no han llegado porque se las robó algún súperdelegado  (¡ups!), vota en contra del Gobierno que lo aprueba; a alguien que corrieron o le bajaron el sueldo y las prestaciones en el gobierno federal aunque fuera un empleado serio y responsable, vota en contra del Gobierno que lo ordenó; a alguien que le subieron los impuestos, o el SAT lo persigue como si fuera un delincuente, vota en contra del Gobierno que lo decretó; a alguien con automóvil, con estufa y refrigerador y todavía no le bajan las tarifas de la gasolina, el gas o la electricidad, vota en contra del Gobierno que nos mintió; en fin piensa, haz memoria, y verás que tú, o alguien de tu familia o cercano a ti, ha padecido uno, o varios, de estos atropellos o abusos, no lo permitas, no te dejes, no lo consientas ¡y sal a votar! Vota en contra de MORENA y ese gobierno estúpido e irresponsable.

 

O haz algo mejor, deja de ser un ciudadano anónimo y súmate a cualquier partido, métete en alguna de las campañas (no importa que estén a punto de terminar) y apoya a los candidatos que se opongan, en serio y sin mentiras, a ese gobierno de cuarta. Que tu voto sirva, que tu voto cuente, que tu voto sea útil. Conviértete en ciudadano militante, da la cara; sal a la calle, levanta el puño en alto y di que “no” a este Gobierno que cada día que pasa le importa más el poder y le importas menos tú.

 

O no hagas nada de nada, no pienses, no deliberes, no te sumes, pero el próximo 6 de junio no te olvides de salir a votar… y ya puestos, lleva unos cinco ciudadanos más como tú: ciudadanos sin adjetivos, ciudadanos a secas, ciudadanos responsables y comprometidos con su país y los suyos.

 

Solo así podrás dejar de ser un ciudadano anónimo.

 

Que mi abrazo fraterno te alcance a la distancia, sin más, quedo tuyo y a tus órdenes,

 

Luis Villegas Montes

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