Definitivamente la detención de quien fuera gobernador áy un potentado político y que hoy se halla convertido en tan solo un número estadístico más en una cárcel de los Estados Unidos, ha traído un Tsunami político al Estado de Chihuahua.
Para nadie es un secreto que el Gobierno del Estado ha manejado la detención del ex mandatario más como botín político que con fines de justicia.
Por un lado, pretendió golpear al senador Cruz Pérez Cuellar, pero éste, ni tardo ni perezoso, salió a desmentir las acusaciones que le hacía el Gobernador Javier Corral al respecto, y lo cierto es, que no hemos visto evidencia contundente que sostenga lo dicho por el mandatario estatal en contra del legislador, y como el que nada debe nada teme, el senador sigue recorriendo el Estado con la tranquilidad que da el dormir como Morfeo.
También, es cierto que, la detención de César Horacio Duarte Jáquez ha formalizado ya el divorcio político entre el Gobernador Corral y la alcaldesa Maru Campos, pues, el primero no se ha cansado de golpear y de lanzarle todo el arsenal de acusaciones, hasta el punto de señalarle, que irá hasta donde tope el asunto.
Es por todos sabido que la alcaldesa capitalina no es la consentida de palacio, como sí lo es el senador Gustavo Madero, entonces, como no funcionó el plan “A” de las elecciones primarias, el mandatario estatal no desaprovechó la ocasión para poner en marcha el plan “B”, golpear políticamente a Maru para tratar de posicionar al interior de su partido a Madero, tal y como pasaba en las épocas de oro del PRI, quien estaba en el poder era quien decidía las candidaturas del partido.
Además, Maru Campos no ha sido la única panista perjudicada en toda esta guerra mediática y política, pues, el propio Gobernador señaló que tanto ella como su círculo cercano figuraban en la supuesta nómina secreta de Duarte Jáquez.
Las acusaciones de Corral en contra de Maru llegaron hasta el hecho de que señalara que no volvería a recibirla en privado, sino que sólo hablaría con ella cuando estuvieran acompañados de por lo menos una tercera persona, algo así como para evitar cualquier rumorología que lo vincule con ella.
Definitivamente las cosas al interior de la panismo chihuahuense no andan nada bien, hay fracturas entre ellos que parecen personales e irreconciliables y esto, tan cerca el 2021 no les cae nada bien.
Y frente a todo ese catastrófico escenario de riñas, acusaciones y hasta sacadas de lengua, el voto de castigo en su contra será inminente, y ese divisionismo que los ha caracterizado en los últimos años le cobrará, muy cara, la factura.
Ahora, si a todo lo anterior le sumamos la enorme impopularidad y falta de resultados de la actual administración, el descrédito y la falta de liderazgos, no solo locales, sino también estatales y nacionales, la insuficiencia de poder constituirse como una opción real de gobierno en lo local y la incompetencia en su papel de oposición en lo nacional, estarían entregando, en 2021, el Gobierno del Estado y muchos gobiernos municipales en charola de plata.
En conclusión, la que está pagando los platos rotos de Duarte es la alcaldesa de Chihuahua Maru Campos Galván.
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