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Repuesta a la carta abierta del licenciado Jaime García Chávez…por Luis Villegas

En otras circunstancias, créame, no habría procedido a replicar su carta. Sin embargo, creo que la misma constituye una excelente oportunidad para hacer un ejercicio de pública reflexión respecto de algunos de los temas que usted aborda en su respuesta. Procedo.

El primero, y para mí el más importante, es el de mi regreso a las filas de Acción Nacional. Al PAN regresé principalmente por dos razones: Porque quise y porque pude. Categóricamente rechazo que ese retorno haya sido una acción furtiva o vergonzante, como Usted insinúa o pretende dar a entender. Solamente la ignorancia, la mala fe o un atisbo de prematura senilidad hacen posible el infundio. Desde hace meses, públicamente asumí mi regreso al Partido con todo lo que ello implica; para lo bueno y para lo malo; y aquí estoy, como he estado los últimos veintitantos años, dando la cara.

Lo que me lleva a otro punto. El Diccionario de la Real Academia Española recoge la expresión “ver los toros desde la barrera” con el significado de: “Presenciar algo o tratar de ello sin correr el peligro a que se exponen quienes en ello intervienen”.1 El privilegio de enfrentar al gobierno desde la cómoda seguridad de un trozo de papel publicado en medios no es idéntico al de quienes continúan (continuamos) en esa lucha en la arena misma. Quienes abandonaron la contienda, inspirados por las razones que fueran, están en todo su derecho a hacerlo, pero esa circunstancia por sí misma, esa claudicación, ese abandono, esa renuncia, no los inviste en lo absoluto, de una aura especial que legitime su decir o su hacer a partir de su retirada; como lo escribí desde la vez anterior: “La derrota de uno, de ninguna forma puede constituirse en el pilar de la derrota de todos”.

Pero vayamos a los equívocos de su escrito. Empiezo por aquel del que, dice Usted, solo yo tengo la respuesta: “¿Qué diferencia hay entre la licencia que me concedí para denominar nomenklatura a los jefes del PAN y lo que contiene tu renuncia a este partido: ‘grupúsculo enquistado en su seno, bajo el amparo de un liderazgo mal entendido y peor ejercido’?”, pregunta Usted con una malévola ingenuidad. La diferencia, licenciado, es el tiempo, son los años, son las personas. Tengo entendido que es Usted un hombre de letras, es más, leyéndolo, infiero que en efecto lo es, pues son muchas las ocasiones en que ha hecho un espléndido alarde de su cultura e inteligencia, pues bien, la segunda novela que integra la serie de D’Artagnan, “Veinte años después”, plantea eso, precisamente, que el tiempo pasa y las cosas cambian. Y este es un argumento que Usted debería abrazar con todas sus fuerzas, licenciado, porque si no fuera así, si el PAN del que Usted pormenorizadamente se horroriza en estas fechas, fuera el mismo PAN de hace 3, 5 o 10 años, ese sería el mismo PAN con el que Usted pactó una alianza en el 2004 y el mismo PAN que lo hizo a Usted diputado.

Por otro lado, vuelve a equivocarse Usted al afirmar que la palabra “nomenklatura” sea “fuerte y hasta probablemente poco conveniente”; no existe nada como eso; solo existen palabras bien o mal empleadas y palabras dichas con mala intención. De estas, lo único deseable es que se usen para decir la verdad; y ese simple hecho no puede refutarlo ninguna licencia en el ejercicio periodístico; pues de este, más que de cualquier otro, se espera que las inevitables apreciaciones subjetivas estén sustentadas en consideraciones si no irrefutables, por lo menos plausibles. Algo menos es un exabrupto que no merece el título de “ejercicio periodístico”.

Por lo que hace a la renuncia de la doctora Olga Ponce, entre otras cosas Usted señala: “Cuando un liderazgo con esas características abandona las filas de su partido, claro que ese partido pierde”; y yo jamás dije lo contrario, como sus líneas parecen dar a entender. Escribí: “La salida de las filas del PAN de la doctora Ponce, lamentable en sí misma, lo es porque el PAN pierde a una valiosa colaboradora nada menos, pero tampoco nada más”.

No obstante, donde sí miente Usted a ciencia y paciencia, es en el supuesto maridaje entre el Grupo Parlamentario del PAN en Chihuahua “con el peor cacicazgo que hemos tenido en muchos años”. La libertad, licenciado, conlleva cierto grado de responsabilidad, Usted debería saberlo, pues de lo contrario degenera en libertinaje. En la actual Legislatura, los cuestionamientos y la confrontación con el Gobierno de Duarte han sido múltiples, constantes y reiterados y van del endeudamiento exorbitante al tema del Vivebús; por no ir más lejos, esta semana se presentó una denuncia por peculado electoral en contra del PRI (el Gobernador, CNC, SAGARPA y Desarrollo Rural del Gobierno del Estado) a raíz de su desvergonzada participación en eventos partidistas en horas y días hábiles y la entrega de materiales agrícolas en eventos que descaradamente encabeza la CNC; y quien esto suscribe es uno de los abogados implicados en esa denuncia (y las que faltan). Por otra parte, prácticamente no ha pasado un mes, desde octubre de 2013 al día de hoy, en que ese mismo Grupo Parlamentario no ataque o controvierta de manera pública alguno de los múltiples yerros y excesos en que ha incurrido la actual administración.

Le agradezco en lo que vale, única afirmación veraz en su misiva como es, el que reconozca mi lejanía de esa constipación de ideas de la que ya me lamentaba en mi escrito original pues, en efecto, mi participación política ha sido una constante de enfrentamientos en contra del PRI-Gobierno e incluso de la dirigencia partidista cuando en su momento fue necesario; por eso, cuando habla usted de “rebaño” -y no sé si lo hace con desdén o con envidia- no creo que con tan lamentable expresión pretenda dar a entender que yo he sido sumiso u ovejuno en mi quehacer público; pues al igual que Usted, como el Cyrano de Rostand, camino limpio y adornado con mi libertad y mi franqueza; y hago sonar a mi paso, como espuelas, las verdades.

Con el afecto y el respeto de siempre, quedo suyo:

Luis Villegas Montes.

luvimo6608@gmail.com

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