Rodrigo Medellín…por Samia
Enviado por Samia Bulhosen
El impacto de las actividades humanas ha cimbrado las estructuras de la biodiversidad global; el mundo enfrenta una aguda crisis en la materia. Ante esto, en 1985 nació la Society for Conservation Biology (SCB), que cuenta con alrededor de cuatro mil integrantes en el mundo, quienes representan la vanguardia de la ciencia de la conservación y sustentabilidad con propuestas y herramientas científicas consolidadas.
La agrupación, con sede en Estados Unidos e integrada por académicos, miembros de organizaciones no gubernamentales, trabajadores y estudiantes, es presidida desde el 1 de julio y hasta el 30 de junio de 2015, por Rodrigo A. Medellín Legorreta, investigador del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM.
Este organismo realiza la ciencia básica necesaria para saber qué acciones deben implementarse a fin de contener la pérdida de biodiversidad, el cambio climático, así como para evitar extinciones y asegurar que el aprovechamiento de las especies de flora y fauna sea sustentable.
La plataforma utilizada para la elección en el SCB fue para maximizar los beneficios y la membresía en el mundo en desarrollo; visto de otro modo se enfoca en maximizar los beneficios para la gente de Asia, África y Latinoamérica.
En su primer diagnóstico como titular de la SCB, el universitario destacó que la zona ubicada en el Trópico del mundo, es la más lastimada en cuanto a la pérdida de especies. Asia, es el continente más afectado, aún en mayor proporción que Latinoamérica e incluso África.
Por ello, la Society for Conservation Biology tiene un director de políticas públicas, que funge como enlace con autoridades y tomadores de decisiones de los países miembros, a los que se les alerta con argumentos científicos sobre los riesgos de no actuar a favor de situaciones ambientales específicas.
Los investigadores dicen cómo, dónde y qué se debe hacer, pero esto no ha llegado a los tomadores de decisiones. Esta sociedad llena el hueco al exponer la evidencia científica, en muchos casos ha tenido impacto, sobre todo en Estados Unidos. Se requiere poner énfasis para que estos mensajes alcancen a autoridades y éstas tomen medidas basadas en la ciencia que generamos.
México es el quinto país con más biodiversidad en el mundo, tiene todos los ecosistemas y es el tercero con más especies de mamíferos, sólo Indonesia y Brasil nos superan, pero tenemos problemas serios de aprovechamiento que no es sustentable y enfrentamos prácticas que no son compatibles con una visión de conservación.
Existen dos casos emblemáticos con este tipo de prácticas inviables, como la pesca de camarón, en el que por cada kilogramo del crustáceo, mueren y se desperdician 40 de otros animales, como peces y moluscos, o los excesos contra las poblaciones de tiburones, que se hallan deprimidas y lastimadas.
Aunque la deforestación es la situación más severa en la nación, en segunda instancia tenemos que lograr que las pesquerías sean sustentables. Todo lo que tiene que ver con pesca está hoy en la Secretaría de Agricultura, pero debe regresar a la de Medio Ambiente y Recursos Naturales, pues aquélla sólo fomenta e impulsa la extracción de pescado y marisco, sin tener en cuenta la sustentabilidad. Al regresar a esta última será el momento en que podamos certificarlas
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