Sector salud, nido de la corrupción. ..por Aída Holguín
En enero de 2015, a través de un reportaje titulado “Sector salud, la mina de César Duarte”, la reconocida periodista chihuahuense, Patricia Mayorga Ordoñez, exhibió que desde 2011 -a tan solo dos meses de haber asumido la gubernatura de Chihuahua- César Horacio Duarte Jáquez se alió con dos compañías farmacéuticas, convirtiéndolas en las principales proveedoras del sector salud estatal, mismas que se fueron privilegiadas con millonarias adjudicaciones directas, y mediante las cuales el gobierno estatal adquirió medicamentos con sobreprecio.
A raíz del cambio de gobierno en algunas entidades del país, en los últimos meses -a través de los medios de comunicación- ha trascendido que no solo en Chihuahua se malversaron los recursos públicos destinados para el sector salud; es decir, con todas las irregularidades que poco a poco han salido a la luz pública, ha quedado en evidencia que durante los últimos años el sector salud se constituyó en el principal nido de la corrupción en México.
Los inaceptables actos de corrupción (resultado de la falta de transparencia) han causado que los niveles de eficiencia, eficacia y efectividad de los servicios de salud en los hospitales públicos hayan disminuido considerablemente. Esto, por obvias razones, impacta directamente en la calidad (y el grado de ésta) de los servicios de salud.
Independientemente de los informes y evidencias presentadas por los actuales gobiernos de algunas entidades del país (como por ejemplo Chihuahua y Veracruz) en relación a diversas anomalías detectadas en el sector salud de dichas entidades, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) ha documentado múltiples desvíos y la opacidad en el ejercicio de los recursos del Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud transferidos a los gobiernos estatales.
Según los datos dados a conocer recientemente por la ASF, Salud es uno de los sectores en los que se han detectado más desvíos de recursos, lo cual corrobora el hecho de que la corrupción se anidó en este sector que, por cierto, tiene una enorme e histórica deuda social que no puede ser “pagada” únicamente por consagrar (en el párrafo cuarto del artículo 4o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos) el derecho que todas las personas tienen a la protección de la salud. Dicho en otras palabras, para pagar esa gran deuda es imprescindible frenar “en seco” la corrupción (desviación de los recursos, “moches”, dispendios, discrecionalidad, ocurrencias y opacidad) que -por ende- obstaculiza el acceso a los servicios de salud efectivos, oportunos y de calidad.
Sin duda alguna, y en total acuerdo con lo expresado desde hace un año por el Colectivo Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, para mejorar los servicios de salud no basta con garantizar que los recursos lleguen completos a su destino, sino que también urge establecer todas las medidas necesarias para eliminar la opacidad y las grietas legales que posibilitan su desvío, malversación o dispendio.
En esta ocasión concluyo con lo dicho alguna vez por el político y activista dominicano, Juan Pablo Duarte: “Nunca me fue tan necesario, como hoy, el tener salud, corazón y juicio; hoy que hombres sin juicio y sin corazón conspiran contra la salud de la Patria.”
Aída María Holguín Baeza
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