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El arte, el gobierno y la delincuencia organizada…por Luis Villegas Montes

1.- Ya, empecé a respirar hondo y como que me calmé. Me tomó tiempo, una semana exactamente, pero ya, estoy tranquilo y en paz.

 

2.- Resulta que el domingo antepasado fui a la ópera, al teatro Julio Castillo -ubicado en el complejo Centro Cultural del Bosque-, a ver: “Únicamente la verdad. La auténtica historia de Camelia ‘La Texana’”, dentro del llamado “fmx-Festival de México”. Sí, ya sé: Quién me manda, pero la cosa es que fui; y no nomás fui, pagué; y no nomás pagué, si no que me senté ahí en la penumbra del teatro, en la última silla, de la última fila, a sufrir en silencio.

 

3.- ¡Qué cosa más fea, de veras! La puesta en escena, en general bien; la iluminación, el sonido, la escenografía, el tenor, el barítono, la soprano, hasta el coro se defendía aceptablemente, pero la música ¡Dios mío! Y deje usted la música ¡El libreto! De las seis escenas -y un epílogo- que integran la obra, dividida en total en 11 partes, vi poquito más de la mitad. Ya al final, fue puro chacoteo; no sabía ni a dónde mirar y de pura pena ajena ni dónde meterme. Según el programa, el libreto se armó como una especie de rompecabezas a partir de una nota publicada en 1986 en la “singular, amarillista y alucinante revista mexicana ‘Alarma’” (cita textual). ¡Hágame usted el favor! El asunto es que el libreto respeta -como si efectivamente fuera cosa digna de respetarse- el contenido de la nota, lo que degenera (no genera, degenera) en el bodrio a que me refiero en los párrafos de antelación o, para decirlo con mis propias palabras, en diálogos cantados “singulares, amarillistas y alucinantes”.

 

4.- Cuando sentí que ya no podía, me decidí a bajar los chorrocientos escalones con el riesgo de partirme la crisma en aquella boca de lobo, no veía nada ni de dónde agarrarme; a punto de acceder al vestíbulo del teatro, con riesgo de mi vida, una señora inmensa, con gesto malencachado y bigotes tipo Zapata, me atajó el paso y preguntó a bocajarro: “¿A dónde va?”. “Mmmm, esteee, ¡al baño!”, respondí con mansedumbre, ágil inventiva y cara de apremio. “T’a bueno, pásele; pero apúrese porque ya nos regañaron”, me dijo. Para mi mala suerte, bajo su mirada hosca y vigilante, me metí al méndigo baño que estaba a un ladito, literalmente, de la ceñuda dama. “¿Y ahora qué hago?”, me pregunté en el mingitorio, refiriéndome, claro, a la hora de salir del lavabo y no a otra cosa. “¿Y si me pide un santo y seña o algo parecido? Ni modo, ahí voy”.

 

5.- Salí y ahí estaba la señora mirándome; hasta creo que levantó una ceja (o frunció la otra, no sé muy bien). Pasaron unos minutos y yo no me decidía entre volverme a meter o irme; me senté a leer. La corpulenta guachimán se me acercó y yo me dije: “¡Ay, Dios! Ahí viene, me va a meter a fuerzas, ¡me va a meter!”; tragué saliva e hice como que seguía leyendo. “No más que no me vaya a cargar”, le rogué al Dios del cielo. “Que me empuje, que me sujeten entre ella y su compañera (una como anguila parada que vestía un uniforme igualito al de la otra, nomás que más chiquito), cualquier cosa, pero que no me vaya a cargar en brazos”.

 

6.- Venían a meterme entre las dos, seguro, porque la anguila se me acercó por un lado y la forzuda matrona por el otro; a punto de acomodarme en posición fetal en el sillón del vestíbulo (imbécil de mí, ésa era casi una invitación a que la gorda me cargara), me acercó sus bigotes a la cara y me preguntó con voz conspirativa apenas audible: “¿No le gustó?”, tragué saliva, “¿se me está insinuando?”, me pregunté espantado en silencio; para mi fortuna, antes de responder cualquier idiotez o decir que sí de puro susto, repitió la pregunta de modo más explícito con voz todavía más bajita: “¿No le gustó la obraaaa?”. Yo entendí y, con alivio, le respondí en idéntico tono, apenas susurrante: “Noooo”. “A mí tampocooo”, terció la anguila, quien ya había llegado junto a nosotros. “Se ha estado saliendo la genteee”, dijo la otra; “con usté ya van como veinte que se saleeeen”; así seguimos, como 10 minutos, hablando en secreto, alargando vocales, soplándonos las orejas mutuamente y destripando la obra. “¿Me puedo ir?”, pregunté esperanzado -no fuera a ser que hubieran estado jugando con mis esperanzas y al final terminaran por meterme a rastras para terminar de ver la pretendida ópera-. “Sí, váyase, no vale la pena”. Agradecí y salí de ahí como alma que lleva el diablo, sin pararme a preguntar si el “no vale la pena” se refería a  mí o al espectáculo.

 

7.- Desde entonces he estado pensando en todo este embrollo. Dado que, entre otros, aparecen como patrocinadores CONACULTA, el Canal 22, el INBA, la UNAM, el Gobierno del D. F., el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes y nada más faltaban la PGR y la SSP ¿no será todo esto, una estratagema del Gobierno? ¿No será éste un intento para revolucionar los métodos de tortura que vengan a sustituir el “tehuacanazo” o el “bucito”? -ya ve que en Guanajuato han estado ensayando- ¿No será una novísima institución de readaptación social?

 

8.- Piénselo usted. Imagine por un instante que es “El Chachis”, afamado narcotraficante al menudeo en la Bondojo, la Villa o Lomas de Poleo, -todas, colonias de áspera fama en sus respectivas ciudades: El D.F., Chihuahua y Juárez-, pero continuemos con nuestra hipótesis: Usted es “El Chachis”, lo agarra la policía ministerial y con eso de que para Derechos Humanos usted es algo así como el hijo pródigo y no puede ser tocado ni con el pétalo de una rosa, lo sientan en una habitación oscura para ver, usted solito, la representación de “Únicamente la verdad. La auténtica historia de Camelia ‘La Texana’” por lo menos un millón de veces. Es seguro que luego de salir de ahí -porque el Ministerio Público no le va a hallar ni el ombligo-, usted no va a vender, ni a comprar, ni a consumir, siquiera una aspirina, aunque sienta que la cabeza se le hace mitosis, es decir, que se le parte en dos.

 

9.- Si no es así, si éste no es un plan secreto del Gobierno, que los metan a todos a la cárcel. El artículo 2 de la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada es enfático: “Cuando tres o más personas se organicen de hecho para realizar, en forma permanente o reiterada, conductas que por sí o unidas a otras, tienen como fin o resultado cometer alguno o algunos de los delitos siguientes, serán sancionadas por ese solo hecho, […]”. Y la fracción I del citado ordinal, expresamente se refiere al terrorismo. Chéquelo y verá. No es posible que no supieran lo que estaban haciendo; alguien debió advertirle al director general, al de la orquesta, al de la escenografía, a alguno de los músicos, lo que estaba pasando. De alguna manera, a título diverso, todos son responsables de ese crimen llamado: “Únicamente la verdad. La auténtica historia de Camelia ‘La Texana’”. Yo, por este medio les aviso que no pienso ir a ver el estreno de “Pacas de a kilo” o el remarque de “La fuga de ‘El Rojo’” ni aunque me dejen amarradas unas granadas por detrás.

 

10.- Ya en serio, no todo puede ser La Traviata, me queda claro; pero mientras sigan recetándonos dosis de arte de ese tipo: Simple, ramplón, aburrido, vulgar, y para colmo, con el aval del Gobierno, es decir, con el respaldo de nuestros impuestos, habrá una reticencia fundada de nuestra parte, público, espectador, asistente, de concurrir o apoyar de cualquier modo proyectos de ese tipo. Yo sugiero que, con parte de las entradas, se vayan todos en bola a ver Mamma Mía, el musical, para que entiendan de qué va la cosa tratándose de arte popular. O dicho de otro modo: P’a que se eduquen. ¡Í’iñór!

 

 

Luis Villegas Montes.

luvimo6608@gmail.com 

EL ARTE, EL GOBIERNO Y LA DELINCUENCIA ORGANIZADA.

 

1.- Ya, empecé a respirar hondo y como que me calmé. Me tomó tiempo, una semana exactamente, pero ya, estoy tranquilo y en paz.

 

2.- Resulta que el domingo antepasado fui a la ópera, al teatro Julio Castillo -ubicado en el complejo Centro Cultural del Bosque-, a ver: “Únicamente la verdad. La auténtica historia de Camelia ‘La Texana’”, dentro del llamado “fmx-Festival de México”. Sí, ya sé: Quién me manda, pero la cosa es que fui; y no nomás fui, pagué; y no nomás pagué, si no que me senté ahí en la penumbra del teatro, en la última silla, de la última fila, a sufrir en silencio.

 

3.- ¡Qué cosa más fea, de veras! La puesta en escena, en general bien; la iluminación, el sonido, la escenografía, el tenor, el barítono, la soprano, hasta el coro se defendía aceptablemente, pero la música ¡Dios mío! Y deje usted la música ¡El libreto! De las seis escenas -y un epílogo- que integran la obra, dividida en total en 11 partes, vi poquito más de la mitad. Ya al final, fue puro chacoteo; no sabía ni a dónde mirar y de pura pena ajena ni dónde meterme. Según el programa, el libreto se armó como una especie de rompecabezas a partir de una nota publicada en 1986 en la “singular, amarillista y alucinante revista mexicana ‘Alarma’” (cita textual). ¡Hágame usted el favor! El asunto es que el libreto respeta -como si efectivamente fuera cosa digna de respetarse- el contenido de la nota, lo que degenera (no genera, degenera) en el bodrio a que me refiero en los párrafos de antelación o, para decirlo con mis propias palabras, en diálogos cantados “singulares, amarillistas y alucinantes”.

 

4.- Cuando sentí que ya no podía, me decidí a bajar los chorrocientos escalones con el riesgo de partirme la crisma en aquella boca de lobo, no veía nada ni de dónde agarrarme; a punto de acceder al vestíbulo del teatro, con riesgo de mi vida, una señora inmensa, con gesto malencachado y bigotes tipo Zapata, me atajó el paso y preguntó a bocajarro: “¿A dónde va?”. “Mmmm, esteee, ¡al baño!”, respondí con mansedumbre, ágil inventiva y cara de apremio. “T’a bueno, pásele; pero apúrese porque ya nos regañaron”, me dijo. Para mi mala suerte, bajo su mirada hosca y vigilante, me metí al méndigo baño que estaba a un ladito, literalmente, de la ceñuda dama. “¿Y ahora qué hago?”, me pregunté en el mingitorio, refiriéndome, claro, a la hora de salir del lavabo y no a otra cosa. “¿Y si me pide un santo y seña o algo parecido? Ni modo, ahí voy”.

 

5.- Salí y ahí estaba la señora mirándome; hasta creo que levantó una ceja (o frunció la otra, no sé muy bien). Pasaron unos minutos y yo no me decidía entre volverme a meter o irme; me senté a leer. La corpulenta guachimán se me acercó y yo me dije: “¡Ay, Dios! Ahí viene, me va a meter a fuerzas, ¡me va a meter!”; tragué saliva e hice como que seguía leyendo. “No más que no me vaya a cargar”, le rogué al Dios del cielo. “Que me empuje, que me sujeten entre ella y su compañera (una como anguila parada que vestía un uniforme igualito al de la otra, nomás que más chiquito), cualquier cosa, pero que no me vaya a cargar en brazos”.

 

6.- Venían a meterme entre las dos, seguro, porque la anguila se me acercó por un lado y la forzuda matrona por el otro; a punto de acomodarme en posición fetal en el sillón del vestíbulo (imbécil de mí, ésa era casi una invitación a que la gorda me cargara), me acercó sus bigotes a la cara y me preguntó con voz conspirativa apenas audible: “¿No le gustó?”, tragué saliva, “¿se me está insinuando?”, me pregunté espantado en silencio; para mi fortuna, antes de responder cualquier idiotez o decir que sí de puro susto, repitió la pregunta de modo más explícito con voz todavía más bajita: “¿No le gustó la obraaaa?”. Yo entendí y, con alivio, le respondí en idéntico tono, apenas susurrante: “Noooo”. “A mí tampocooo”, terció la anguila, quien ya había llegado junto a nosotros. “Se ha estado saliendo la genteee”, dijo la otra; “con usté ya van como veinte que se saleeeen”; así seguimos, como 10 minutos, hablando en secreto, alargando vocales, soplándonos las orejas mutuamente y destripando la obra. “¿Me puedo ir?”, pregunté esperanzado -no fuera a ser que hubieran estado jugando con mis esperanzas y al final terminaran por meterme a rastras para terminar de ver la pretendida ópera-. “Sí, váyase, no vale la pena”. Agradecí y salí de ahí como alma que lleva el diablo, sin pararme a preguntar si el “no vale la pena” se refería a  mí o al espectáculo.

 

7.- Desde entonces he estado pensando en todo este embrollo. Dado que, entre otros, aparecen como patrocinadores CONACULTA, el Canal 22, el INBA, la UNAM, el Gobierno del D. F., el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes y nada más faltaban la PGR y la SSP ¿no será todo esto, una estratagema del Gobierno? ¿No será éste un intento para revolucionar los métodos de tortura que vengan a sustituir el “tehuacanazo” o el “bucito”? -ya ve que en Guanajuato han estado ensayando- ¿No será una novísima institución de readaptación social?

 

8.- Piénselo usted. Imagine por un instante que es “El Chachis”, afamado narcotraficante al menudeo en la Bondojo, la Villa o Lomas de Poleo, -todas, colonias de áspera fama en sus respectivas ciudades: El D.F., Chihuahua y Juárez-, pero continuemos con nuestra hipótesis: Usted es “El Chachis”, lo agarra la policía ministerial y con eso de que para Derechos Humanos usted es algo así como el hijo pródigo y no puede ser tocado ni con el pétalo de una rosa, lo sientan en una habitación oscura para ver, usted solito, la representación de “Únicamente la verdad. La auténtica historia de Camelia ‘La Texana’” por lo menos un millón de veces. Es seguro que luego de salir de ahí -porque el Ministerio Público no le va a hallar ni el ombligo-, usted no va a vender, ni a comprar, ni a consumir, siquiera una aspirina, aunque sienta que la cabeza se le hace mitosis, es decir, que se le parte en dos.

 

9.- Si no es así, si éste no es un plan secreto del Gobierno, que los metan a todos a la cárcel. El artículo 2 de la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada es enfático: “Cuando tres o más personas se organicen de hecho para realizar, en forma permanente o reiterada, conductas que por sí o unidas a otras, tienen como fin o resultado cometer alguno o algunos de los delitos siguientes, serán sancionadas por ese solo hecho, […]”. Y la fracción I del citado ordinal, expresamente se refiere al terrorismo. Chéquelo y verá. No es posible que no supieran lo que estaban haciendo; alguien debió advertirle al director general, al de la orquesta, al de la escenografía, a alguno de los músicos, lo que estaba pasando. De alguna manera, a título diverso, todos son responsables de ese crimen llamado: “Únicamente la verdad. La auténtica historia de Camelia ‘La Texana’”. Yo, por este medio les aviso que no pienso ir a ver el estreno de “Pacas de a kilo” o el remarque de “La fuga de ‘El Rojo’” ni aunque me dejen amarradas unas granadas por detrás.

 

10.- Ya en serio, no todo puede ser La Traviata, me queda claro; pero mientras sigan recetándonos dosis de arte de ese tipo: Simple, ramplón, aburrido, vulgar, y para colmo, con el aval del Gobierno, es decir, con el respaldo de nuestros impuestos, habrá una reticencia fundada de nuestra parte, público, espectador, asistente, de concurrir o apoyar de cualquier modo proyectos de ese tipo. Yo sugiero que, con parte de las entradas, se vayan todos en bola a ver Mamma Mía, el musical, para que entiendan de qué va la cosa tratándose de arte popular. O dicho de otro modo: P’a que se eduquen. ¡Í’iñór!

 

 

Luis Villegas Montes.

luvimo6608@gmail.com

7 Responses to El arte, el gobierno y la delincuencia organizada…por Luis Villegas Montes

  1. Toño Barraza

    March 25, 2010 at 7:27 am

    COMPA VILLEGAS NO NECESITA IR A VER LA OPERA…FUNCIONA TODOS LOS DIAS..AHI TIENES EL CASO DE EVARISTO RENTERIA LOPEZ, EL DUEÑO DE TRANSCARDEL Y OTROS SUCIOS NEGOCIOS, ESTE BATO ES ORIGINARIO DE RODEO DGO, ALLA MATARON MUCHA GENTE Y ROBARON TAMBIEN…AHORA QUE LES ASUSTA DE SABER LA VERDAD..AHI ERA EL BENEFACTOR DE LA CRUZ ROJA…MUY FACIL CON DINERO PRODUCTO DEL NARCO Y SECUESTRO…PORQUE NO OPINAS NADA DE ESO…ES PREGUNTA…CUIDATE SALUDOS

    TAMBIEN PREGUNTALE A HEBERTO VILLOBOS MAYNES ERA SU COMPADRE NO????

  2. Luciano Palotes

    May 16, 2010 at 8:27 pm

    dieron piso a mas de 6 Renterias originarios de Rodeo Dgo en Cd Juarez en los ultimos meses, aparte de los mas de 6 de Delicias Chih. empezando con el Gersoncillo, y el saul, mas los entambados en Tijuana el popeye, les duro muy poco su inche reinadito que tenian en Delicias, no rspetaron al jefe como siempre se querian brincar las trancas, no pudieron, ni podran, el Enrique puso orden al cochinero del Vary, faltan Roberto Renteria Silerio el plebe, Ramon renteria Galaraza el mustio, Ricardo Renteria Galarza el camelio, encuevados en Chula Vista California, acuerdate que el compa Enrique tiene amigos en todos lados

  3. Luciano Palotes

    May 29, 2010 at 7:51 pm

    pos dicen que el ‘culiado’ alis el vary renteria lopez esta entambado en el norte, sera?, mas le vale ya que el cumbias lo sigue esperando, esa familia renteria Lopez estan salados les tumbaron a mas de 12 en menos de 2 años se quisoeron brincar las trancas, estaban mal acostumbrados a no respetar a la gente, se jodieron y se seguiran jodiendo por donde le busquen nunca podran regresar a delicias chihuahua, ya faltan poquitos entre ellos el ‘meco’ Robertillo Renteria Silerio se esconde en chula vista california, cuanto puedes durar encuevado huey!

  4. flaco del D.F.

    July 19, 2010 at 2:48 pm

    EL CUMBIAS ES JOTO Y LE GUSTA LA QUE HACE NIÑOS YOLO VI PEGANDOLE UNOS CHIVOS A EL VARY

  5. Caso atestiguado en Santa barbara

    November 3, 2010 at 7:45 am

    Al Vary siempre le ha gustado topetear y que lo topeteen, nomas que ahorita no puede topetear con nadie, pos esta incomunicado, desde chiquito un señor mañoso lo enseño alla en su tierra natal, y a varios mas de los Renterias, Y aparte ya no tiene billetes pa pagar;e a muchachitos pa que se lo topeteen, ya perdio todo y seguira perdiendo lo poco que le quede, andaba muy arriba, “ANDABA”, la LEY es mas ingona que cualquier criminal, miralo nomas onde esta ahorita! Arriba Delicias a donde jamas podran regresar los Renterias Lopez ni los Renterias Villarreal uleros!

  6. Aprendices de Narcos se joden entre ellos

    December 29, 2010 at 7:22 pm

    Los Renterias se estan entregando unos a otros, el Plebe puso al Tolano alla en Tijuana, se estan poniendo dedo entre ellos mismos, Compas uno sabe respetar alos grandes y agradece tener chamba dentro de lo que cabe….pero ser gandalla y traidor ay diferencias…digo..estos Renterias, se les dio la mano y fueron unos traidores..marranos..perros…ahora ahi estan los resultados unos en el bote y otros en el panteon..a quien quieren engañar…cuando han matado a sus enemigos..lo hacen en bola… de frente se culean..de donde dicen que son valientes…el unico que anda fuera es el Plebe Roberto Renteria Silerio…compa tu le crees a este niño babaso..ahi lo encuentran en Chula Vista o Rodeo tener tratos con el…como ..es un chapulin…el otro Victoriano Renteria Salinas alias el Tolano lo acaban de agarrar aqui en Tijuana, la semana pasada..pobre wuey le creyo al Plebe y al Popeye y ahora esta en el tambo…sin dinero y familia que pena¡¡.. ademas que no se les olvide el Evaristo Renteria Lopez esta como testigo protegido de la DEA,…ay ustedes saben si hacen tratos y los ventanen…cuidense…estan dando p

  7. Marthita la piadosa

    January 21, 2011 at 4:48 pm

    Propuesta ciudadana: Solicitamos a las autoridades correspondientes Gobernador elestado de Chihuahua, DIF, IMSS, PGR, Procuraduria de Justicia, Secretaria de la Defensa Nacional, Congreso del Estado de Chihuahua se realizen los tramites necesarios para que se enajenen las propiedades producto del narcotrafico de Evaristo Renteria Lopez, Jareth renteria su hija, Gerson Renteria su hijo, Salvador Renteria Lopez su hermano, en Delicias, Chihuahua. Y que se pongan en comodato, al servicio de la ciudadania, se pueden habilitar las propiedades como Jardin de Niños, Casa hogar de ancianos, Oficinas administrativas del DIF, Casas de Deportes para la Juventud, o Centros de Recuperacion de drogadictos, o casas de seguridad de mujeres maltratadas o testigos protegidos de la PGR. De esa manera se appoya a la ciudadania en esas diferentes areas y se les da un uso noble a las propiedades mal habidas de los malfallidos delincuentes. Es justo y correcto que se utilizen esos inmuebles en bien de la sociedad. Agradecemos de antemano su atencion a la presente propuesta

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