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Un PAN reloaded…por Luis Villegas Montes

El inicio del discurso del ya Coordinador de los diputados del PAN en Chihuahua, en la Legislatura que hoy arrancó, Dip. César Gustavo Jáuregui Moreno, lo dice todo: “El lenguaje político está diseñado para hacer que las mentiras suenen verdaderas y el asesinato respetable, y para dar una apariencia de consistencia al puro viento”.1 La cita, atribuida a George Orwell, constituye, sin lugar a dudas, un apretado resumen de lo que va a ocurrir en los próximos tres años. El Diputado bien podría haberse subido a la Tribuna, leer la cita y bajado inmediatamente después. Todo estaba dicho.

Parece ser que para esta bancada albiazul, la actual administración se ha caracterizado por esmerarse en el lenguaje político orwelliano. Y es así; porque si la frase hubiera dejado lugar para la duda, el líder panista en el Congreso estatal fue claro en posicionar a la fracción parlamentaria como una oposición responsable, pero al fin de cuentas oposición. Haciéndose eco de los casi trescientos setenta mil ciudadanos que votaron a favor del PAN en la pasada elección y la necesidad de que esa porción del pueblo de Chihuahua esté efectivamente representada, el discurso de Jáuregui Moreno puede, cómodamente, dividirse en tres apartados:

El primero, se caracterizó por el necesario deslinde entre el PAN y el Gobierno y se centró básicamente en dos ejes; El primero: Reseñar la actuación omnipresente del titular del Poder Ejecutivo quien pretende figurar en todos los ámbitos de la vida pública, y en ocasiones, incluso más allá de la esfera de sus facultades y atribuciones; y el segundo, señalar los problemas más graves que aquejan a Chihuahua y que se centraron en tres puntos: La deuda pública estatal, el asunto del Vivebús y la inseguridad pública.

1. De la deuda, en resumen, se destaca que Chihuahua es ya el Estado más endeudado del país, atendiendo al monto de la deuda per cápita de sus afligidos moradores; pero no solo eso, la pregunta de fondo es una sola: ¿Para qué? ¿De qué sirvió?

2. En el asunto del Vivebús, al margen de que pueda discutirse si es un proyecto en marcha, cuyos auténticos resultados estén lejos de visualizarse, el asunto se puede resumir en lo siguiente: Tres de los objetivos originalmente planteados por el Gobierno (transporte económico, más cómodo y más rápido) no se han satisfecho. Al día de hoy, aunque el incremento en las tarifas pueda explicarse e incluso justificarse, al fracaso rotundo en los otros dos extremos no se le ve por dónde: Hoy por hoy, el Vivebús cumple su cometido de manera lenta e incómoda, y

3. En cuanto a la tercera cuestión, los recientes acontecimientos ocurridos en Juárez, concretamente en “Loma Blanca” (por citar un caso), dan al traste con la imagen del Estado idílico que el Gobierno -y algunos medios- están empeñados en “vendernos” a los chihuahuenses.

El segundo momento del discurso del panista es la reflexión que gira sobre la noción de qué implica ser Gobierno y qué significa ser oposición. La pluralidad no se expresa por la diversidad de logotipos ni identidades partidarias, en lo absoluto; sino en la confrontación de las ideas. O como lo diría la izquierda tradicional: En el ejercicio de la dialéctica. Es en la contrastación de pareceres y en la capacidad de generar acuerdos, entre los diferentes, entre los que son y se asumen distintos, donde la política tiene sentido como el “arte de lo posible”. A partes iguales -no lo dijo, pero el panista lo podría haber dicho-, la política es la oportunidad y la prudencia en la gestión de los asuntos públicos, puestos al servicio de las causas del pueblo y para el logro del bien común.

El tercer momento puede interpretarse de distintas maneras pero, sin duda, son tres los mensajes que Jáuregui Moreno sembró entre su audiencia: Con el dicho de que en el PAN no se tiene vocación de arqueólogos dejó en claro que el PAN va con todo tras la Gubernatura en el cada vez menos lejano 2016; su propósito, diría, no es gobernar sobre las ruinas que deje el actual Gobierno: El PAN asume la política como una causa de los vivos, de los que están presentes, de los que están inconformes con el actual estado de cosas y quieren algo mejor para sí y para la comunidad en que les tocó vivir. En segundo término, el PAN no quiere, ni va a serlo, un “mirón de palo”; la agenda del Gobierno (Poder Legislativo, Ejecutivo y Judicial, así como organismos con autonomía constitucional) debe pasar por los ojos y las manos de la oposición y en este sentido hay que decirlo fuerte y pronto: En Chihuahua solo interactúan y se reconocen dos fuerzas políticas: El Gobierno y Acción Nacional. Lo demás es “pipitilla”, franca complicidad o contubernio (eso lo digo yo). El tercer mensaje es claro: Acción Nacional asume el compromiso de que el bien común se construye, a partes iguales, entre quien tiene a su cargo, formalmente, una responsabilidad institucional y todos los demás; en Chihuahua, hay una población estimada en 3 millones 400 mil habitantes y en la pasada elección, de acuerdo a las cifras del Instituto Estatal Electoral, el PRI obtuvo apenas 200 mil 23 votos; es decir, apenas un 5.88% del total de la población. El futuro de los chihuahuenses todos, no puede quedar en las manos de esa minoría ínfima. Esa verdad tiene que hacer mella en el ánimo del Gobierno en su conjunto de una buena vez. Parece que el PAN, esta vez sí, viene con todo: Un PAN reloaded.2 Al tiempo.

Luis Villegas Montes.

luvimo6608@gmail.com, luvimo66_@hotmail.com

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