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Util anticontaminante la cáscara de cacahuate…por Samia

A partir de bacterias y hongos que viven de forma natural en la cáscara del cacahuate, se desarrolló un proceso para eliminar del aire, contaminantes como el metanol, solventes y olores, que se utilizan en imprentas y talleres de pintura.

El cacahuate o maní (Arachis hypogaea) es una leguminosa originaria de nuestro continente, empleada desde hace ocho mil años en América del Sur, según registros arqueológicos identificados en Perú.

Popular en la región, esta semilla se usa como botana, condimento y dulce. Su cáscara, de forma cóncava, se aprovecha en algunos países como combustible para calderas, sustrato para mezclar alimento de aves de corral, medio de cultivo para hongos, y como material conglomerado que se mezcla con viruta de madera.

En México, es un residuo agrícola que apenas se utiliza para que el ganado se acueste sobre él. Así que Pineda Olmedo pensó en convertirla en una base biotecnológica.

Tras estudiar cascarilla de arroz, bagazo de caña y cáscara de cacahuate, se decidió por esta última, porque tiene una gran cantidad de vacíos. Eso significa que hay más posibilidades de que los microorganismos nativos estén en contacto con el sustrato y con el ambiente. Y en la microbiota nativa, se busca que estén expuestos al contaminante en la mayor cantidad de espacios posibles, pero que a la vez, tengan condiciones de vida favorables.

Por ser un material orgánico, cumple una doble función: como soporte y aporte de nutrientes para algunos microorganismos. Durante la degradación de materiales lignocelulósicos, algunas sustancias son liberadas y empleadas en crecimiento o como fuente de energía.

Esta microbiota está afuera de la semilla. Es un consorcio de bacterias y hongos, algunos son simbióticos y otros no, pero mezclados. Se sometieron a un ambiente de aire contaminado con metanol, algunos microorganismos murieron y los que sobrevivieron hicieron el trabajo de consumo de contaminantes, en lo que llamamos selección inducida.

Actualmente, se busca elevar el biofiltro a nivel industrial, para aplicarlo a un problema concreto, para ofrecer una tecnología mexicana en condiciones reales, con un residuo muy barato que se genera en grandes cantidades.

Se busca probar el biofiltro en una aplicación de acondicionamiento del ambiente laboral de imprentas o talleres de pintura automotriz, sitios que manejen compuestos orgánicos volátiles. También sirve para control de olores, con el uso de mercaptano, que produce un olor desagradable

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