La solidaridad es el vínculo que se une a hombres y pueblos de modo que el bienestar de los unos determina el de los otros . De acuerdo a su definición, es el acto mediante el cual una persona se adhiere a la causa , necesidad o interés de otra persona.
Hablar de violencia hoy por hoy, es también hablar de Chihuahua por asociación de circunstancias. Esa verdad nos duele y lastima porque nos ha obligado a muchos a cambiar incluso hábitos y costumbres por mero instinto de preservación.
Chihuahua ha sido considerado el estado más violento de la República Mexicana; esto, sin duda es algo que no solo lamentamos los chihuahuenses, sino que lo vivimos día a día desde hace al menos 4 años.
Bien dicen que la verdad no peca, pero incomoda; y hay verdades que además de incomodar, duelen. Esta es una de ellas. El pasado 3 de enero, el gobernador de Chihuahua dijo: ““Yo reclamo al país entero… por el estigma de Chihuahua como el lugar más violento” Además aseguró que “por la solidad que tenemos para el país tenemos el estigma”.
Es importante mencionar que para ese día, había trascendido que en la edición digital de Milenio, las estadísticas marcaban a Chihuahua con el 28% de las muertes violentas vinculadas con el crimen organizado a nivel país, con un total de 3 mil 185 ejecuciones. Así mismo, señalaba que el número de homicidios violentos en el estado de Chihuahua durante 2010 fue 44 por ciento superior al de 2008 y 22 por ciento más al de 2009, siendo el mes de agosto el más violento de los cuatro años recientes, con 518 ejecuciones.
Hay dos cosas ciertas en todo lo anterior: la primera es que las cifras señaladas por milenio, son verdaderamente alarmantes y preocupantes; y la segunda, que los chihuahuenses hemos sido solidarios con el resto del país en muchos sentidos; sin embargo, no se pueden mezclar las peras con las manzanas.
Con el reclamo del Gobernador de Chihuahua al país entero, quedó muy claro que con lo alarmante de las cifras presentadas por milenio, se ofuscó y decidió reclamarle al resto de los mexicanos por el estigma que Chihuahua tiene de ser el estado más violento.
Esto se comprueba con otra declaración posterior en la que después de preguntarle sobre las estadísticas de muertes violentas, expresó no creer que los homicidios cometidos en el 2010 en el estado de Chihuahua, rebasaran los 3 mil como señalaron los datos periodísticos; no obstante, pediría al Fiscal que diera conocimiento de los mismos.
El problema no es que César Duarte crea o no en las cifras periodísticas; lo grave del asunto es que no tuviera conocimiento de los datos “oficiales” de lo que sucedió durante 2010 en el estado que “gobierna”. Al menos en ese momento hubiera podido desmentir las cifras periodísticas –si es que son falsas–.
Solo queda esperar las cifras de la Fiscalía del Estado para saber si es de 2,999 para abajo y que eso “ayude” a que el Gobernador deje de reclamarle al país entero por lo que sucede en Chihuahua y trabaje en la “exigencia de resultados”.
Y mientras que las cifras 2010 de la Fiscalía le llegan al Gobernador, el conteo de 2011 ha iniciado y al día 4 de enero, la propia Fiscalía de Chihuahua había reportado 15 asesinatos atribuidos al crimen organizado –11 de ellos en Ciudad Juárez–. En definitiva, no se ve cercana la llegada del remedio para calmar el dolor o disminuir la incomodidad que cusa enterarse del número de homicidios en Chihuahua.
En alguna ocasión el escritor austriaco Stefan Zweig, dijo que “La primera muestra de una auténtica vocación política lo es, en todo tiempo, que un hombre renuncie desde el principio a exigir aquello que es inalcanzable para él.” –partir del reconocimiento y conocimiento de la realidad chihuahuense es una necesidad apremiante para el ejecutivo estatal–.
Aída María Holguín Baeza Correo: laecita@gmail.com
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