Y entonces ‘me cayó el veinte’: el futuro ya había llegado…por Aída Holguín
-FRASEARIO-
Leyendo un comunicado de prensa del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), recordé algo que leí en un artículo publicado hace casi 16 años: «en siete o diez años, el tráfico de video en Internet excederá el tráfico combinado de datos y voz». Fue entonces cuando me ‘cayó el veinte’ de que, en esa materia, el futuro ya había llegado.
Si bien es cierto que ese futuro presagiado Bob Metcalfe (coinventor del Ethernet), llegó hace algunos años, también es cierto que la “Primera Encuesta 2019, Usuarios de Servicios de Telecomunicaciones”, realizada por el IFT, revela información importante y un tanto preocupante; es decir, que el 33.4% de los usuarios (de entre 25 y 34 años) de servicios de telecomunicaciones dedican de 3 a 5 horas diarias para ver contenidos en plataformas de video por Internet, y el 54.9% dedican hasta dos horas al día.
Es importante aclarar que dichos datos no consideran el tiempo que los usuarios dedican a otro tipo de plataformas de Internet. No obstante, por esa precisa razón, se pueden relacionar con una problemática actual a la que el psicólogo brasileño, Augusto Cury, considera ‘el mal del siglo’. Este mal, denominado “Síndrome del Pensamiento Acelerado” (SPA), es una condición provocada -en gran medida- por el Internet y por la variedad de dispositivos que pueden conectarse a éste.
En ese contexto, Cury explica que un niño de siete años ya ha archivado en su memoria más información de la que tenía hace un siglo una persona de setenta. Este exceso de pensamientos y estímulos -asegura el psiquiatra- impide el desarrollo de las funciones de la inteligencia, reflexionar antes de actuar, ordenar ideas o empatizar con otros.
Sin duda alguna, el Internet las tecnologías de información y comunicación han contribuido a la revolución y evolución del mundo; sin embargo, tampoco queda duda de que se han convertido en armas de dos filos que, de seguir siendo utilizadas de forma incorrecta o desmedida, provocarán -en distintos aspectos- el total sometimiento de la sociedad y, por ende, la involución social.
El caso es que el futuro llegó, y con él también llegó una intoxicación digital que augura un futuro (no muy lejano) poco -o nada- alentador. Esto, considerando que el SPA es un tipo de ansiedad provocado por el exceso información y estímulos visuales y auditivos, y que dicho trastorno ya lo padecen -en menor o mayor grado- entre 70% y 80% de la población, causando así, una intensa deficiencia en la calidad de vida socioemocional en todos los pueblos y culturas modernas.
Finalizo en esta ocasión, citando lo dicho alguna vez por la activista social inglesa, y cofundadora del Ejército de Salvación, Catherine Booth: «Si queremos mejorar el futuro, debemos perturbar el presente».
Aída María Holguín Baeza
laecita.wordpress.com
laecita@gmail.com
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