Lo que leerán a continuación es, probablemente, una de las cosas más complejas que he escrito en este blog, pero no me quedan dudas de que es uno de los logros más importantes en materia científica desde que comenzó este siglo.
Hablo de genética, un terreno tan polémico como apasionante, y que genera debates de todos los tamaños y formas. Especialmente uno de los terrenos sobre los que se desarrolla la investigación de esta disciplina, el mismo sobre el que trata el presente artículo: la creación de vida artificial.
Craig Venter, un emblema de la genética contemporánea, y la figura primordial en la creación del genoma humano, es quien ha liderado una ambiciosa investigación que se propuso como objetivo la creación de vida artificial o vida de laboratorio. Y parece que lo han conseguido, al menos en parte. Pero comencemos por el principio.
Este grupo de genetistas comenzó su investigación a partir de la bacteria Mycoplasma genitalium, una bacteria de la cual se conocía su genoma, pues el propio Venter fue quien realizó un estudio del mismo y lo publicó hace varios años. Los investigadores lograron, a través de un complejo procedimiento, crear una forma de vida sintética con el mismo genoma de esta bacteria, a la cual llamaron Mycoplasma JCVI-1.0.
Para crear la copia del genoma de la bacteria original, los científicos solicitaron la ayuda de dos bacterias que los asistieron en esta tarea. En primera instancia los científicos dividieron en 101 pequeños trozos los 582.970 pares de bases de la Mycoplasma genitalium. Luego, para copiarlos uno por uno, las dos bacterias se encargaron de absorber en su organismo las secuencias de genes originales, logrando así la copia genética sintética.
Para facilitar la comprensión, el propio Venter comparó el logro con la informática. “Uno puede imaginarse que el código genético y los cromosomas son los programas fundamentales de nuestro sistema operativo”, dijo el científico. De este modo señaló que lo que se logró son esas dos partes, pero que todavía no se logró poner el sistema operativo en marcha.
Esta tarea requerirá de un agudo y constante trabajo, pero el logro al que han llegado los genetistas involucrados en este estudio es un paso crucial para la creación de vida artificial.
En un futuro estos logros se pueden transformar en importantes ventajas para la humanidad, por ejemplo para contrarrestar los efectos del cambio climático. Utilizando bacterias artificiales que puedan absorber energía solar se puede combatir el uso de energías fósiles, por ejemplo.
Esta es sólo una posible aplicación de este conocimiento, pero existen muchas más. Todas ellas vuelven a este logro digno del mayor reconocimiento, pues es verdaderamente asombrosa la velocidad del andar de la ciencia, que cada día nos sorprende con una novedad más impresionante que la del día de ayer. Un hallazgo, sin lugar a dudas, clave en el desarrollo del conocimiento humano.
VIA | Science
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