No solo rompe récords en los diferentes eventos de natación sino que también en el medallero olímpico histórico. Michael Phelps es el mejor nadador de todos los tiempos y con justa razón.
Este atleta norteamericano nada desde temprana edad, tiene un talento innato y entrena fuerte, pero según la ciencia Michael Phelps tiene un arma invencible y es que su cuerpo es perfecto para brillar en cada carrera de natación.
La natación es uno de los eventos más populares en los Juegos Olímpicos y en Río 2016 Michael Phelps es su principal atracción. Este nadador norteamericano es un ejemplo a seguir pero sus logros serán muy difíciles de igualar.
Según los expertos de la Clínica Mayo en Estados Unidos, Michael Phelps posee las características físicas perfectas para ser el mejor nadador de la historia, una combinación insuperable que deja a todos boquiabiertos cuando lo ven competir.
Phelps tiene una estatura de 1,95 metros pero pese a ser tan alto la longitud de sus piernas corresponde a las de una persona más baja, esto le permitereducir la resistencia del agua.
Sus piernas pueden ser más cortas de lo que se esperaría pero su torso largole permite que cada una de sus brazadas lo impulsen más lejos. Además, si estira sus brazos hacia los lados, la longitud llega a un poco más de dos metros desplazando el agua más fácil para tomar mayor velocidad. Sus manos grandes también le ayudan.
A Michael Phelps le debe costar comprar zapatos, ya que calza 14 en talla norteamericana, lo que equivale a 49,5 en la medida que se usa en Latinoamérica. Estos superpies que están unidos a unos tobillos más flexibles que lo normal funcionan tal como si fuesen las aletas de un animal acuático.
El organismo de Phelps es de otro mundo y es que su cuerpo produce solo la mitad de ácido láctico que el de un mortal común, lo que lo ayuda a recuperar sus energías más rápido y estar listo para la próxima competencia.
Como si todo lo anterior fuera poco, la capacidad pulmonar de Michael Phelps es excepcional, lo que hace que se canse más lentamente que el resto de los mortales y le permite finalizar las carreras sin quedarse sin aliento.
Un atleta perfecto pero no solo bendecido por la genética, sino que también por una gran tenacidad, el apoyo de su familia y la capacidad de recuperarse tras problemas que habrían derrotado a cualquiera, un verdadero campeón merecedor del Olimpo.
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