Mucha gente asocia las decapitaciones con la guillotina de la revolución francesa. Otros puede que las asocien a hechos lamentables bastante más recientes. Sin embargo, la historia de la humanidad y las decapitaciones es mucho más larga.
En América, por lo pronto, parecería que las decapitaciones son bastante más antiguas de lo que se creía. Esto es lo que ha demostrado un descubrimiento realizado en la Amazonia brasileña.
Hasta el momento, los ejemplos de decapitaciones más antiguos del continente americano databan de hace aproximadamente 3000 años. No solo eso, sino que todos los casos descubiertos se habían encontrado en la zona de los Andes.
Ahora, sin embargo, un nuevo estudio publicado en PLOS One divulga el descubrimiento de un caso de decapitación de más de 9000 años en Lapa do Santo, Brasil. Esto no solo cambia radicalmente la línea de tiempo de la decapitación en las Américas, sino que también pone en duda el origen geográfico de esta práctica.
Los científicos tienen varias razones para creer que, efectivamente, este caso de decapitación habría formado parte de un ritual. El principal argumento radica en la disposición de los huesos encontrados.
Junto al cráneo se encontraban también dos manos amputadas, posicionadas de forma tal de cubrir lo que sería la cara. Los dedos de la mano derecha estaban orientados hacia la pera y los de la mano izquierda hacia la frente.
Según los expertos, esto sería un claro indicio de comportamiento ritual y parecería indicar que los pueblos de cazadores-recolectores de la zona tenían rituales respecto a la muerte mucho más sofisticados de lo que se creía hasta ahora.
Mediante el análisis de isótopos de estroncio en en los dientes de la víctima, los expertos pudieron determinar que se trataba de un joven que había crecido en la zona y no de un extraño. Esto les permitió descartar en parte la hipótesis de que la decapitación hubiese sido utilizada como trofeo de guerra.
A pesar de estos resultados, los científicos detectaron algunas características que les generaron intriga. Al medir el cráneo, notaron que era un tanto más grande que otros encontrados en la misma zona.
¿Podría haber sido esta diferencia la razón detrás de su decapitación? Probablemente nunca lo sepamos, pero quizás otros nuevos descubrimientos nos puedan ayudar a comprender los rituales de los pobladores más antiguos de nuestro continente.
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