La influencia de los progenitores en el desarrollo de sus hijos es sumamente importante y en algunos aspectos, determinante. Como se sabe, de nuestros padres obtenemos la información genética responsable de los caracteres que heredamos, muchos de los cuales serán transmitidos a nuestros hijos y así sucesivamente. Sin embargo, el ambiente en el que viven los padres también puede condicionar ciertas características de los hijos, como por ejemplo, su atractivo sexual, según ha dado a conocer un estudio que te contaremos a continuación.
Un experimento con ratones
Según un estudio publicado recientemente por la revista Proocedings of the National Academy of Sciences (PNAS), un grupo de investigadores que han experimentado con ratones habrían descubierto algo asombroso: cuando las madres ratones compiten por los machos en un contexto de promiscuidad, los hijos de estas son más atractivos sexualmente para las hembras.
Esto les da una evidente ventaja a estos “ratoncitos sexys”, ya que al aparearse más que otros, logran que sus genes pasen con mayor eficiencia a la próxima generación, pero hay una consecuencia negativa, estos ratones pagarán su éxito con una vida más corta.
Promiscuidad y genética
Los científicos han descubierto que los ratoncitos machos hijos de madres que se vieron forzadas a competir por su pareja, las cuales tuvieron que esforzarse por alcanzar el éxito, produjeron un 31% más de feromonas sexuales que los hijos de madres monógamas (aisladas con un único macho en una jaula experimental). Estos machos resultan sumamente atractivos y se ha demostrado que incrementan su éxito de tal manera que tienen hasta un tercio más de descendientes que los otros.
El lado negativo está en la esperanza de vida, pues se ha demostrado que los machos más productores de feromonas tienen vidas más cortas, tanto es así, que en un experimento solo el 48% de los ratones más exitosos sobrevivieron hasta el final del mismo, un porcentaje que se incrementó hasta el 80% en aquellos hijos de padres que practicaron la monogamia.
La explicación a este fenómeno está probablemente en el gasto energético que representa la producción de las feromonas, el cual es un proceso de síntesis sumamente caro desde el punto de vista de la energía que el cuerpo debe invertir en él, lo cual desgastaría con más rapidez un animal que tuviera una intensa producción de feromonas.
Epigenética
Esta investigación relanza la importancia de la epigenética, o sea, la forma en que más allá de la información genética, el ambiente de los progenitores modifica los genes de la descendencia. En este caso, es como si las hembras que han luchado para lograr reproducirse, programaran a sus hijos para ser más eficientes haciéndolo más atractivos para las hembras.
Aunque este descubrimiento de momento solo se ha realizado en ratones, no se descarta que pueda ocurrir en otras especies incluida la humana, aunque en nosotros la importancia de las feromonas al parecer es ínfima y aún es motivo de investigaciones y discusiones por parte de la comunidad científica.
Interesantísimo experimento sobre genética y atracción sexual en ratones, ¿verdad? ¿Sabías que en los seres humanos la simetría del cuerpo nos hace más atractivos ante los demás?
Cortesia ojocientifico.com
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