Violencia de los videojuegos
Seguramente alguna vez hayas jugado videojuegos, y probablemente seas un jugador habitual o conozcas a algun gamer “adicto”. Y es probable que muchas veces te hayan planteado que dejaras de jugar a videojuegos violentos pues esto podía hacerte una persona violenta.
Pero, ¿esto es así? ¿Podemos “contagiarnos” de violencia por jugar videojuegos violentos? ¿O lo que ocurre es lo contrario, y estos videojuegos son un mecanismo para hacer catarsis? La ciencia se ha encargado de investigar el comportamiento humano y cómo es que se ve afectado por jugar videojuegos con alto contenido de violencia.
Es por esto que hoy en OjoCientifico hablaremos un poco de ese tema tan controversial que es los videojuegos y su relación con la violencia.
Los videojuegos no son los primeros cuestionados
Primero que nada debemos aclarar que no existe una relación maléfica (o por lo menos eso queremos creer) por parte de las compañías creadoras de juegos. Dudo que exista una conspiración secreta para incrementar la violencia de las personas a través de los videojuegos. Simplemente lanzan este tipo de videojuegos porque es lo que los gamers consumen entre sus videojuegos favoritos.
Dicho esto podemos comenzar a decir que el tema de la violencia y los videojuegos no nació con ellos, sino que viene de antes, de otros tipos de medios.
Al igual de que en esta época se habla de la violencia engendrada por los videojuegos, en otro momento se habló de la violencia impuesta en la televisión y hasta en los libros. Incluso se puede rastrear nuestra conducta violenta y su influencia de agentes “populares” con la violencia engendrada por los gladiadores en el coliseo en la antigua Roma.
Algunos estudios
Muchos estudios han encontrado difícil asociar directamente a actos de violencia o aumentos generales de ésta con el hecho de jugar videojuegos.
Una relación simétrica que suele hacerse para entender un poco más los resultados de los estudios es la relación de los fumadores y las personas con cáncer de pulmón, por ejemplo.
Es difícil delimitar a quién le puede dar cáncer de pulmón en relación a la cantidad de tabaco ingerido, uno puede fumar toda la vida y que nunca ocurra, sin embargo uno puede ser un fumador por debajo de la media y verse afectado por esta enfermedad. Esto ocurre porque existen muchos factores que se mezclan entre sí, exactamente lo mismo ocurre con los videojuegos.
Estudios realizados sobre casos de violencia extrema en jóvenes y adolescentes han revelado que antes de cometer actos como dispararle a alguien, robar (a gran escala), o destruir algún establecimiento lo más usual es haber estado en contacto con películas, programas de TV o libros violentos, y por último videojuegos.
Otros estudios han revelado que los videojuegos han desencadenado un fenómeno de egoísmo y desinterés social. Esto puede ser visto bajo varias campanas ya que podemos pensar que este fenómeno no es solo provocado por los videojuegos sino por muchos otros acontecimientos, tales como las crisis económicas, las cuales hacen que juguemos un papel mucho más proteccionista hacia lo nuestro.
Un dato significativamente cierto es que los jugadores que tienden a comprar videojuegos violentos vuelven a adquirir videojuegos violentos. Sin embargo aquí se puede hacer otra lectura, ya que valdría decir que los jugadores que compran videojuegos de automóviles vuelven a recaer en ellos, sin embargo nadie ve esto como un problema.
Asociación final
No existe un resultado final, ni una asociación perfecta entre ambos puntos, pero expertos han realizado meta estadísticas tomando todos los análisis elaborados sobre el tema y una conclusión es clara: Existe cierta asociación entre los videojuegos y el aumento de la violencia personal.
Al jugar videojuegos nosotros podemos sentir un aumento de la necesidad de ver o efectuar violencia dentro nuestro. Esto se da en mayor o menor medida en relación con todos los otros aspectos que rondan nuestra vida, tales como nuestra familia, las instituciones a las que acudimos e incluso una parte de nuestra genética y biología.
Este aumento de la violencia puede despertar durante un rato para luego ser enterrado nuevamente jugando o ser exteriorizado artísticamente. Cada persona cuenta con su forma de acoplar y sacar esa energía, por esta razón no existe un aumento de la violencia propiamente dicha, ya que cada uno hace con esa energía cosas diferentes.
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