Mucho antes de que la fotografía fuera masiva y todos tuviéramos una cámara o celular, Wilson Bentley tomó las primeras fotos de copos de nieve. Lo interesante no es solo su innovación en la temática y la técnica, sino que casi un siglo después, sus fotografías siguen resultando hermosas.
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Granjero y científico
Bentley era un granjero muy interesado en la nieve, y para poder fotografiarla, se convirtió en científico. Sin embargo no tuvo una educación sino que fue autodidacta, y con más de un año de práctica en la fotografía a través de microscopios, logró fotografiar un copo de nieve en 1885.
Nacido en Jericho, Vermont, el entorno de nieve lo hizo amar ese clima y paisaje. A los 15 años le regalaron un microscopio y los copos lo fascinaron por mucho tiempo. Fotografiarlos es muy difícil por lo pequeños que son y lo rápido que se derriten. Es por eso que hizo todas sus capturas al aire libre hasta que logró su cometido.
Who pioneered #snowflake photography? Read this @SmithsonianArch post & find out! http://t.co/cYZ6rIS0ER pic.twitter.com/UO4zMVzChR
— SmithsonianLibraries (@SILibraries) noviembre 26, 2014
Por cuarenta año siguió fotografiando los magníficos copos de nieve y el resultado fueron más de 5 mil imágenes. Además de haber perfeccionado la fotomicrografía, resultan un estudio científico exhaustivo de los tipos de copo de nieve.
Su carrera
Antes de su muerte logró publicar junto a William J. Humphreys, del Servicio Meteorológico estadounidense, un libro titulado Cristales de Nieve, con 2300 de sus fotografías. Aunque la mayoría de su trabajo se basa en los copos de nieve, también estudió la escarcha y el rocío, entre otros fenómenos.
Sin dudas sus fotografías sirvieron como material científico, pero también son una prueba de la belleza en la naturaleza. Mucho de su trabajo se encuentra preservado en el Museo Smithsonian, demostrando que tuvo razón al desarrollar su amor por la nieve.
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