Chihuahua.- En un acto multitudinario fue despedido el ex secretario de Fomento Social Oscar Villalobos Chávez, por parte de cinco mil chihuahuenses que se dieron cita a la Arena Chihuahua.
El evento, un tanto sorpresivo , reunió a gente de todos los sectores, quienes le manifestaron su agradecimiento y desearon suerte al politico que estará buscando la gubernatura el año proximo.
MENSAJE DEL LICENCIADO VILLALOBOS
Amigas y amigos:
Espero que en mis palabras logre trasmitir la emoción que me embarga de ver a tantos amigos aquí reunidos…
Deseo sobre todo, poder transmitir mi profunda gratitud por las palabras de aliento… por las expresiones de solidaridad… y sobre todo, por las muestras de afecto que generosamente me han brindado en los cinco años que tuve el privilegio de colaborar en el equipo de Gobierno del Licenciado Reyes Baeza.
Decía Chesterton que la gratitud es la expresión más elevada del pensamiento… Estoy de acuerdo… Por eso quiero, en primerísimo lugar, rendir un homenaje de agradecimiento a todos ustedes, amigas y amigos, que hoy honran con su presencia este tiempo y este espacio.
Pero mi testimonio de gratitud trasciende este lugar y este momento… Me declaro un ferviente amigo de la amistad… Esa ha sido la vocación más franca de mi temperamento y de mi carácter: hacer amigos…
Reconozco mi vocación en esta virtud admirable… Es cierto, me gusta llevar el alma en la mano y entregarla sin condiciones… Fui un niño amiguero… Mi adolescencia transcurrió entre la alegría y el entusiasmo… En la juventud quedó definida mi vocación social… En la familia encontré el refugio y la razón de vida… Y la política ha dado sustancia a mis empeños, ritmo y dirección a mi voluntad.
Entiendo la política como el arte de lo posible… Me niego a aceptar las fatalidades y me resisto a creer en destinos irremediables…
Creo en la capacidad de los seres humanos de pensar en lo que puede ser y no solamente en lo que es…
El sentido de la realidad es también el sentido de la posibilidad… Por eso sé con certeza que es posible aliviar el sufrimiento de tantos… lograr que la vida sea para todos un privilegio desbordante de plenitud… reducir tanto como sea posible el dolor de los que tienen hambre y sed de justicia.
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En mi transitar de tantos años en el servicio público, he encontrado que la política es ese espacio común donde todos tenemos cabida…
La palabra que más me gusta es “nosotros”… Desconfío de las expresiones que excluyen… de las actitudes que pintan fronteras… de las conductas que fijan barreras o muros…
Vivimos en una comunidad plural en la que las diferencias son evidentes… Pero permítanme dejar constancia de una convicción profunda: prefiero buscar y encontrar las coincidencias y hacer de ellas los puentes que nos ayudan a comprendernos y a ayudarnos.
Por eso creo que la tolerancia y el respeto son las virtudes más útiles cuando se quiere participar en la edificación de una sociedad abierta y solidaria.
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Si algo me han enseñado 28 años en el servicio público, es que el ideal de justicia social se acerca más a la realidad cuando la justicia tiene nombres, rostros y desafíos…
Cuando comprendemos que son los seres humanos concretos, de carne y hueso, los que dan sentido y eficacia a los programas y a las instituciones… Que son las almas que sueñan, valoran y trabajan, las que nutren de energía los empeños públicos y sociales.
No se gobierna con estadísticas sino con razones, sentimientos y deseos…
No se gobierna en el vacío, en la nada o en la quimera…
El ser humano es el punto de partida y el de llegada de la acción de gobierno…
Se gobierna para mejorar… para que las instituciones de la sociedad y las personas que las componen, traduzcan esos deseos en realidades que se ven y se palpan.
Los programas de gobierno sólo son democráticos cuando se impregnan del colorido de la gente… cuando se nutren del alivio de los que sufren… cuando los sentimientos morales trasminan el rumbo de las instituciones.
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No son pocos ni sencillos los problemas del tiempo y del espacio que nos toca compartir… Pero son nuestros problemas, es nuestro tiempo y es nuestro espacio…
El recrudecimiento de la violencia y del crimen… La acentuada pérdida de empleos… Las profundas desigualdades sociales… Y la progresiva degradación del medio ambiente… No nos arredran… Antes bien, nos motivan a mostrar la casta y el valor…
Cuando veo, cuando leo, la profunda preocupación de algunos, manifiesta en la voz o la pluma inducida para descalificar a otros ante la incapacidad de promover sus ideas… sus propuestas… o a sí mismos… Cuando los veo presas de un nerviosismo que muestra debilidad y flaqueza… antes que arredrarme, caer en desánimo o confusión, aumenta mi motivación de invitarlos a conocer una mejor forma de hacer la vida, de hacer el servicio público o de hacer la política…
No hay nada que no podamos resolver si lo hacemos juntos, con los pies en la tierra y la mirada en el horizonte… con el temple de una sociedad que aprecia y se aprecia… de una comunidad de mujeres y hombres que trascienden las dificultades y las transforman en oportunidades de mejoramiento.
Tenemos el carácter y la templanza que nos legaron nuestros antepasados… De ellos heredamos la fuerza y determinación para vencer las inclemencias del clima, los avatares de la distancia y las incomprensiones de la lejanía…
Que sean esas mismas virtudes las que ahora alimenten la esperanza del Chihuahua que queremos heredar a nuestros hijos… del Chihuahua por el que apostamos.
En el Chihuahua que queremos se distribuye con justicia y equidad los beneficios y las responsabilidades… se atemperan las desigualdades y se reducen las diferencias… se alivian la enfermedad y el dolor… y se sitúa en el centro de su atención a la gente más desfavorecida…
En el Chihuahua que queremos, todos debemos poner lo que nos toca para que la niñez crezca sana y segura… Todos hacemos lo necesario para que nuestros hijos vivan su juventud de manera alegre, estudiosa y esperanzadora…
Luchamos hombro a hombro para que nuestras mujeres dejen de ser maltratadas, discriminadas o violentadas… Para que ellas sigan siendo baluarte del hogar, inteligencia en la sociedad, y claridad del proyecto familiar.
En el Chihuahua que queremos, todos nos esforzamos para que la escuela ensanche el camino e iguale las oportunidades… para que sea una conexión con la ciencia y la innovación… para que forme capital humano que pueda insertarse con éxito en el mercado laboral… y sobre todo, para que forme ciudadanos comprometidos con su patria.
En el Chihuahua que queremos, todos nos aplicamos con entusiasmo a impulsar la productividad… a alentar la responsabilidad social en las empresas… a distribuir con justicia las cargas y los beneficios del crecimiento económico… y especialmente abrigamos el compromiso de promover fuentes de trabajo para que nunca falte el sustento diario a las familias…
En el Chihuahua que queremos, aprovechamos de manera racional los escasos recursos naturales… Nos enlaza la conciencia de que el suelo que habitamos no es una herencia que nos dejaron nuestros padres, sino un préstamo que nos hacen nuestros hijos, y que por ello, no podemos dilapidar y poner en riesgo, su entorno de vida…
En el Chihuahua que queremos, la seguridad y la justicia son capaces de recuperar la tranquilidad que el crimen y la violencia nos quieren arrebatar por la fuerza…
Necesitamos ser duros e inteligentes para acabar con la delincuencia… Pero necesitamos ser aún más duros, con las causas que la originan… El mal no es remedio para el mal…
El mal se combate con justicia que evite la impunidad… Se combate con voluntad política real que sólo es posible cuando se está libre de compromisos que no sean con la propia sociedad… Hoy la modernidad nos exige combatir el mal con tecnología avanzada… con disposición ciudadana… con capacitación y equipamiento de las fuerzas de seguridad… El mal se combate con valor y con valores…
Por eso seguimos insistiendo en que necesitamos restaurar los valores de la convivencia amable y solidaria… recuperar las virtudes humanas… rechazar con firmeza los vicios…
En el Chihuahua que queremos, el anhelo de los padres es dar a los hijos lo que no se tuvo… Pero no sólo en lo material… Debemos también darles lo que sí tuvimos… arraigo a los valores… aprecio por lo bueno y lo honorable… apego a la familia… amor al trabajo digno y honesto… cultura del esfuerzo… respeto por la palabra empeñada.
Para ese Chihuahua que queremos, necesitamos una política esencialmente humana que conjugue valentía y buena voluntad… arraigo a la tierra y apertura al mundo… grandeza espiritual y progreso material.
Afortunadamente no partimos de cero… Tenemos un enorme legado que se construye con el talento, la visión y el esfuerzo de miles de hombres y mujeres chihuahuenses…
Y tenemos, sobre todo, el poder transformador de la juventud… el aliento que nos brinda la niñez… la sabiduría de nuestros mayores… la pujanza de nuestros empresarios… la valentía de nuestras mujeres… la perseverancia de nuestros campesinos… y el esfuerzo cotidiano de nuestras trabajadoras y trabajadores.
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Amigas y amigos:
He compartido con ustedes algunas ideas, razones y sentimientos de una vocación que busca sembrar esperanza…
Para mi, la política es conciliación, no ruptura… Quien crea que la política es revancha, ajuste de cuentas o resentimiento se ha equivocado de oficio y de destino.
La política es servicio, no servidumbre… No podemos permitir que algunos le arranquen su esencia y su razón de ser… Se gobierna para gestar condiciones de concordia… Se gobierna para producir bienestar y calidad de vida… Se gobierna para diluir problemas y construir relaciones más humanas, más justas y más prósperas.
Sigamos uniendo voluntad, talento y determinación para honrar las virtudes del trabajo, la responsabilidad y una fe inquebrantable en el porvenir.
Me quedo con la emoción y la profunda gratitud por su amistad… Correspondo a ese gesto con la sinceridad de mi afecto y amistad… Una amistad que extiende su mano con el corazón abierto… Una amistad que trasciende la ocasión y las circunstancias y se alza generosa y atenta para toda la vida.
Sigamos juntos trabajando con pasión por Chihuahua.
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