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Derribarán bodegas incendiadas de fábrica de muebles

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Por Jesús C. Aguirre Maldonado (Texto y Fotos)—

Delicias.- Ya no se escucha el bullicio de alrededor de 80 trabajadores que laboraban en tres bodegas de una fábrica de muebles, ubicada en la avenida Séptima oriente entre la calle Segunda y Río Conchos, ni tampoco el ruido de los motores y las sierras cortadoras de madera, luego del incendio registrado el pasado sábado 18 de octubre. Hoy el lugar es solo desolación, olor a madera quemada, paredes agrietadas y tiznadas, montones de fierros retorcidos, papeles y cartones quemados por doquier. ¡Todo quedó en la nada!

A cinco días de la tragedia, poco menos de la semana, que vino a quebrantar la calma del lugar, cuando las lenguas de fuego consumieron en poco tiempo la fuente de trabajo de muchos obreros que ahora se les busca reacomodo, las bodegas lucen destechadas, mientras una máquina pesada remueve los escombros y otros trabajadores empiezan a sacar lo poco rescatable para llevarlo a vender al yonque.

En las banquetas hay medidores tirados, baños y tazas quebradas, metales de aluminio y hasta unas escaleras fundidas por el fuego.

Los trabajadores asemejan ser empleados de alguna mina, pero no lo son, sus manos, ropa y cara lucen tiznadas y solo se les ven los ojillos.

Llegan y se van algunos vehículos con remolques que son cargados de láminas, mientras empleados de una cacacahuatera descanzan a eso de las 2:30 pm en una banqueta frente a las bodegas siniestrada.

Con la panza pelona, tirando un rato barra, en la banqueta y con un refresco de cola de reconocida marca, papeles de burritos a un lado de ellos solo miran como trabajan al interior de la bodega que se quemó.

Algunos de los empleados de la cacahuatera al preguntárseles sobre la tragedia, señalaron que todo fue más o menos como a esta hora, alrededor de las 2:30 pm.

“Algunos permanecieron tranquilos, pero no crea oiga, a otros si se les veía miedosones, algo culiadones, pero gracias a Dios lo más importante es que no hubo ningún muerto, ¿verdá?”

Los daños materiales no se han cuantificado se dice que estos oscilan entre los 5 y los 50 millones de pesos, un empleado de la fábrica quemada dijo que a “ojo de buen cubero, pues más o  menos son 15 millones de pesos los daños.

Llegó a manejarse que fue un cortocircuito el que ocasionó todo, pero hay otras versiones de que un empleado soldada y saltaron varias chispas al aserrín. El balance final no se ha dado. También trascendió que dicha fábrica no estaba asegurada.

Los trabajos de desalojo de las bodegas quemadas están a la orden del día, ya que la idea es sacar todo, pues las bodegas serán derribadas, para volverlas a construir, pues eran rentadas.

Trabajadores y bomberos intoxicados, fue el saldo el día del siniestro, lo que desencadenó en que se evacuara el lugar quemado y de las empresas aledañas, y se diera una movilización de cuerpos de emergencia de toda la región, como Meoui, y Saucillo, sumados a los de Delicias, pues enseguida hay varios tanque de combustible.

El sábado pasado el cielo se tiño de negro por las densas nubes de humo, los curiosos se arremolinaron en el lugar y a cinco días de la tragedia aún las paredes del lugar mantienen el olor a humo e incluso hay pequeñas fumarolas y algunas pequeñas lenguas de fuego que serían opacadas a nada por lo bomberos.

Montones de botes de 20 litros que en alguna ocasión tuvieron thiner, pinturas y materiales propios para el acabado de los muebles se ven regados en todo el interior de las bodegas.

Las máquinas cortadoras, las sierras, tablones de madera, hojas de aserrín prensado al por mayor también quedaron convertidas en cenizas.

Notas, recibos de luz, almanaques, se quemaron. Y los trabajos de desalojo del lugar continúan, mientras elementos de Bomberos seguían trabajando en el lugar, para que las estructuras metálicas no vayan a representar ningún peligro.

A las afueras de las bodegas lucen varias cintas amarillas de precaución, para que nadie ingrese al lugar.

Las fuertes llamaradas que fácil alcanzaban una altura de varios metros poco a poco empiezan a quedar en el olvido de una tarde de pánico que acabó así de pronto con el trabajo de 80 empleados.

El fuego lo consumió todo: materiales, madera, muebles terminados y maquinaria de trabajo, además de dañar la estructura de las naves industriales, lo que causó que el techo colapsara y las paredes se agrietaran, significando un peligro latente y por eso serán derribadas.

jesusaguirre25@hotmail.es

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