Chihuahua, Chih.- Tristeza, impotencia y lágrimas fueron las emociones de los habitantes de Santo Niño que observaban como comenzaba la destrucción del parque que consideraban como patrimonio del barrio.
Niños en las rejas, padres y amas de casa escuchaban la serie de martillazos que iniciaban con la demolición para dar paso a la construcción de un edificio de gobierno del estado.
Pese a su inconformidad y a las varias peticiones ante las instancias gubernamentales, finalmente no fueron escuchados, sino al contrario fueron objeto de la prepotencia con que se desarrolló la situación.
Ahora a decir de los mismos vecinos, sólo les queda esperar la resolución del amparo que será dictada el próximo 13 de agosto, donde como última alternativa, cuentan que podría favorecerles el fallo y devolver el parque a las familias residentes de la colonia.
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