El Premio Chihuahua fue creado el 11 de noviembre de 1981 por decreto gubernamental, con las áreas de tecnología, biología, ciencias sociales y literatura y fue a partir de 1994 cuando se incluyeron las áreas de música y artes visuales.
Este galardón, se ha efectuado durante 33 años consecutivos y entregado 23 premios en ciencias tecnológicas, 12 en Ciencias Biológicas, 30 en Literatura, 21 en Ciencias Sociales, 13 en Música, 15 en Artes Visuales y 2 en Periodismo.
Casada con el doctor Julio Harzanyi y madre de dos hijos jóvenes, Caro Ontiveros empezó a pintar desde hace diez años en Casa de Cultura “Jesús Gardea” y este año participó con dos obras cuya serie llamó “En la era del petróleo”; aunque las obras en sí tenían por título: “¿Qué comerán? y ¿Qué beberán?, cuya técnica es la punta seca.
El grabado a punta seca es una técnica similar a la del grabado al buril. El artista dibuja la imagen sobre una lámina de zinc, cobre, sin tratar, o de acrílico o plástico utilizando un instrumento que parece un lápiz, con punta de diamante, o simplemente metal afilado. A medida que se va haciendo la incisión se va produciendo un surco, levantando a ambos lados una especie de suaves crestas de metal llamadas “rebarbas” o “rebabas”. Las rebabas pueden presentarse a un lado de la línea o surco, o a ambos lados, dependiendo del ángulo de ataque (inclinación de la punta) con respecto a la superficie. Estas rebarbas retienen cierta cantidad de tinta y dan al trazo de la punta seca un aspecto rico y aterciopelado sobre un papel de algodón. De ahí lo complicado de la técnica.
Entrevistada por El Pionero de Delicias en el Centro Cultural, Caro Ontiveros señala que el interés de participar en el Premio Chihuahua 2016 surgió a partir de la convocatoria, que salió en mayo, pero se dieron cuenta de ella en agosto.
Relata que al estar en el taller, el maestro les dijo que con el material que tenían, podrían participar. En total fueron cuatro los de Delicias que participaron en el concurso. “A mi juicio, las obras que presenté cumplían con los requisitos de la convocatoria. Fue un reto y pudimos con él”
Conocedora del tema, pelo suelto y largo hasta los hombros, de blusa negra y un collar color plata que resaltaba sobre su pecho, Caro Ontiveros dice que la idea de pintar surge desde hace años, con el gusto por querer aprender, y por ello inició hace diez años en casa de Cultura.
Pero enfatiza: “(En este caso) No solo se trata de ejecutar y conocer la técnica de la punta seca, la técnica del grabado; sino que la obra deba cumplir con los elementos de diseño”. Y es que advierte que al estudiar Diseño Industrial en la UNAM, eso le facilitó para buscar y entrar en el ambiente de las artes gráficas. Con las obras presentadas, se cumplió con la técnica, con los elementos de composición propios de la obra y el tema del medio ambiente y esa fue la base para hacer las obras”.
Caro Ontiveros manifiesta que este premio es una motivación para seguir participando en concursos; más bien participando y exponiendo.
Recuerda que ella forma parte de un colectivo que expone sus obras y que empezaron a exponer el camellón de la avenida Agricultura; después la aspiración fue el Teatro de la Ciudad y lo cumplieron; también ya estuvieron en el Centro Cultural, pero el año pasado se pusieron el reto de aspirar al Museo del Desierto Chihuahuense y ya lo hicieron. Incluso, en breve se realizará en el museo una exposición colectiva, donde habrá de entregar un par de obras; pero también entre ella y sus compañeros de taller ya tienen material para exponer en el Centro Cultural.
Consciente de lo que significa una exposición, explica: “Lo importante de exponer es que haya público, no tiene caso que las obras estén colgadas y nadie las vea, por lo que el Centro Cultural tiene mucha gente en tránsito. Además es aquí donde tenemos nuestro taller, que se llamará José Toledo en honor al artista oaxaqueño, maestro del grabado.
Cuando se le pregunta si tiene un modelo a seguir en el arte del grabado, Caro Ontiveros señala resuelta y convencida que no sigue los pasos de un grabador, pero sabe que es una técnica nueva, un mundo aparte, es totalmente nuevo. “En las artes gráficas el grabado es una impresión y en esa impresión muchas veces no podemos controlarlo todo y en esos trabajos a veces hay ciertos grados de dificultad. Muchas veces se echan a perder trabajos y así es esto. Se requiere seguir trabajando con disciplina para ir logrando mejorar cada obra”.
La ganadora del Premio Chihuahua 2016 no se sustrae a la necesidad de masificar el arte y el deporte: “Entre más pronto lleguen los talleres artísticos y el deporte a los niños, eso va cambiando el curso de todo. Si un niño encuentra el camino en sus habilidades, nos vamos ajustando a una disciplina y vamos perfeccionando, se va formando una mejor persona”.
“Esa es la diferencia en que haya niños motivados en hacer, en realizar. El interés por el arte, la cultura o el deporte, motivará a los niños a investigar, a consultar” recalca.
Al tocar la parte sentimental, del momento en que le avisaron que fue la ganadora del premio comenta: “Me hablaron hace diez días, fue muy emocionante, fue una sorpresa. Incluso en principio no lo creí, con eso de que ahora se hacen muchas llamadas para engañar a la gente, pero cuando te dicen que gané el Premio Chihuahua, la cosa cambió, porque esa información solo ellos la saben”.
Está pendiente la ceremonia de premiación, donde se le otorgará además un premio en efectivo de 70 mil pesos y el galardón.
Orgullo de Delicias, Caro Ontiveros ofrece un mensaje a los delicienses: “Entre más pronto identifiquen lo que les gusta, vayan buscando los caminos, es decir, la lectura, integrarse a un taller, darse la oportunidad de que otras personas que muchas veces tienen algo que ofrecernos, por lo menos ir a conocer. Si hay algo nos gusta, acudir. Pero hay que disciplinarse, hay que poner atención, hay que trabajar, aquí no hay atajos, sin embargo cuando a uno le gusta hacer las cosas es una actividad productiva. No es un peso hacer lo que nos gusta, malo cuando tenemos que hacer lo que no nos gusta. Necesitamos buscar lo que nos llama. Finalmente no sabemos cómo, pero la vida es una constante búsqueda, pero es claro que sin trabajo no hay recompensa, sobre todo cuando se hacen las cosas bien.
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