México “Feliz”…por Aída María Holguín
-FRASEARIO-
México “feliz”
Desde el año 2013, cada 20 marzo se celebra el Día Internacional de la Felicidad. De acuerdo con la ONU, “¡Es un día para ser feliz, naturalmente!”, para promover el bienestar integral de la población, y para reconocer el importante papel que desempeña la felicidad en la vida de las personas de todo el mundo.
En términos generales, la felicidad se refiere a un estado emocional que expresa la grata satisfacción espiritual y física. Para La ONU, el grado de ese estado emocional depende directamente de tres aspectos primordiales: poner fin a la pobreza, reducir la desigualdad y proteger el planeta Tierra. Dicho en otras palabras, la felicidad está condicionada por el Desarrollo Sostenible (entendido como el nuevo camino para mejorar las vidas de las personas).
Con el fin de medir el Desarrollo Sostenible de las naciones, el Happy Planet Index (HPI) combina, en una ecuación matemática, cuatro elementos: bienestar, esperanza de vida, desigualdad y huella ecológica. Esto, con el objetivo de demostrar la relación y eficiencia de éstos para tener una vida larga y feliz.
Para sorpresa de muchos, el Índice del Planeta Feliz 2016 ubicó a México como el segundo país más feliz (de los 140 que contempla el estudio). La sorpresa que en su momento causó del HPI, se debe -sin duda alguna- a que México es uno de los países con mayor desigualdad económica y con un mediocre desempeño en los asuntos relacionados con protección al medio ambiente. De ahí la importancia de saber que el hecho de que México sea (hasta nuevo aviso) el segundo país más feliz, se debe –principalmente- a la cobertura universal de salud (alcanzada en 2012 a través del Seguro Popular); es decir, al elemento “bienestar”. No obstante, queda claro que en el informe no refleja aspectos relevantes como la calidad de los servicios de salud, ni la corrupción que se anidó en dicho sector durante los últimos años.
Si se toma el resultado del HPI 2016 de manera subjetiva, como mexicanos puede resultar inevitable sentir “más” felicidad porque solo México puede “presumir” haber superado a 138 países; no obstante, debe predominar la objetividad que amerita el caso. De otro modo, las autoridades seguirán sin atender las recomendaciones emitidas por distintos organismos internacionales, particularmente las relacionadas con la enorme y creciente brecha en la distribución de la riqueza, el combate a la corrupción y al crimen organizado, y a la protección de los derechos humanos, entre otras.
El caso es que, ante el aparente estado emocional que expresa la grata satisfacción de los mexicanos, y en el marco de la celebración del Día Internacional de la Felicidad, queda para el análisis y la reflexión el hecho de que, más allá de ser felices por naturaleza, es importante que el Estado mexicano oriente -de una vez por todas- el diseño, implementación, y ejecución de políticas públicas hacia el logro del bien común. Solo así será posible garantizar el bienestar integral de la sociedad mexicana.
En esta ocasión concluyo con lo dicho alguna vez por el militar, político, estadista y libertador venezolano, Simón Bolívar: “El sistema de gobierno más perfecto es aquél que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política”.
Aída María Holguín Baeza
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