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Cartera…por Javier Quiñones

CRÓNICA DE UNA RIFA INTERMINABLE

— Gana el Auto Consuelo Ángel B., de la Terrazas—

Desde tempranito pusieron el “Matiz” de la Chevrolet en las afueras de Palacio, justo a la altura de la Sala de Cabildo, entre la reja y el asta bandera.

Azulito subliminal.

Muy obvio: del tono del logo panista.

Afuera, algunos puntuales sentados en sillas frente a una pantalla que reproduce un enfoque sobre la tómbola de la suerte.

Adentro se llenó pronto, por los canapés, el cafecito, las latitas de Coca, el agua y las piezas fritas de pollo.

Antes de comenzar la rifa, se oye a Francisco Gómez Sánchez, subdirector de ingresos, preguntar off the record a las Ángeles:

-¿Fueron con el viejerío?

Ajá, allá estuvimos con Vázquez Mota, muy bien –contesta la Delgado o la Salgado.

El Síndico Compeán es uno de los primeros en ocupar una silla, cerca de las regidoras e Ivonne Licón de Mata. Muchos funcionarios más participarán en la maratónica rifa que premia a los que pagaron el impuesto predial a tiempo; además del subsecretario a cargo de la tómbola, el secretario Jáuregui, la directora de Fomento María de los Ángeles Delgado, el jefe de ingresos Mario Montoya, la de Comunicación Arasely Villalobos, el de Participación Botello y otros varios.

Los de sombrero son Comisarios de las comunidades rurales.

En cuanto llegan los canapés, se colocan estratégicamente cerca Eliseo, Niño de Rivera, Gaby Peña y Daniel. Comen con ganas, han de haber desayunado muy tempranito.

Deforestan los platos hasta que llega don Mario y arrasa con lo que dejaron.

Por fin mete la señora Licón una mano en la tómbola, saca el boleto primo, le guiña un ojo a Gómez y se lo pasa.

Repartirán 315 obsequios entre despensas, cubiertos, licuadoras, planchas, teles, refris, lavadoras y el “Motiz” azul.

Todavía no parece correr prisa a nadie.

La razón: se rifarán primero 300 vales de despensa entre los pagadores de menos de 300 pesos; y hasta después añadirán los boletos de quienes ingresaron sumas mayores.

Así se garantiza que sólo los causantes menores tendrán opción a las despensas mensuales. Valen cien pesos y las entregarán desde marzo hasta noviembre.

Albino, el titular de Cultura, se mueve en su elemento, sin bajar el tono nunca, bromista como siempre.

Se da hasta tiempo para detallar la imparcialidad del evento:

-La tómbola tiene dos aberturas, estamos sacando de la izquierda y la derecha, tratando de ser más democráticos.

Pero los que de veras disfrutan el espectáculo son, sin duda, Botello y Gómez.

-Al paso que vamos acabaremos a la una –estima el subsecretario.

-¡Entonces que traigan los mariachis! –propone el archiafortunado desde el sillerío.

-¿De una vez, señor Botello? –le pregunta Gómez, y propone que los pague él.

Una de las primeras en huir es María de los Ángeles Delgado, apenas detrás de la Primera Dama.

Para entonces ya se esfumó la mayoría de los reporteros.

María del Pilar Castañeda ofrece una explicación al desertar:

-Voy a chambear un ratito, ai vengo –dice a la sala, sale y se mete en las oficinas de Presidencia.

-El Comisario del Kilómetro 92 le dio la suerte al Kilómetro 92 –anuncia Albino.

-¡Se me hace que hubo chapuza! –cacarea Botello cual niño travieso.

-¡Sáquelos por montón, profe! –de nuevo cuando toca al regidor del PANAL extraer boletos de la tómbola.

-¡Arriba los Lotes! –festeja imparable el multiganador de la Lotería Nacional.

-Vamos a hacer una pausa –restaura Albino la formalidad.

Pero Gómez no se queda con las ganas:

-¡Mejor el chaparro ese que se vaya! –señalando a Botello.

-Continuaremos con la rifa de las 300 despensas –reinicia Albino desde el micrófono minutos más tarde.

-¡Chaparrito!, ¡Botello!, ven pacá –llama a su amigo el no menos chocarrero Gómez.

-A los que están afuera les recuerdo que hay unos diez espacios en la comodidad del Cabildo –invita Albino, y pronto se vuelve a llenar la sala.

-¡Ya cayó el primero en la Morelos, les dio suerte el Comisario! –festeja. El aludido, Desiderio Silva, mostachón y pelo completamente blancos, sonríe contento.

Ahora toca turno al de Colonia Terrazas, don Francisco Jiménez. De entrada descarta obtener un boleto de su comunidad:

-No creo poder sacar, ¡porque no pagaron casi nadie!

-Sí, pero… ¡le dio suerte a su colonia: Josefina de Tallanquín gana una despensa! –lo contradice Albino.

Aunque a don José de Jesús González Alamillo, de la Industrial Sur, lo dejan extraer más de diez números, ninguna despensa consigue para su gente. Se exculpa entre risas:

-¡No saqué nada porque no pagan ai! Yo pagué porque con mi tarjeta del Insen dan descuento de la mitad, pago 120 pesos –alega.

-¡Ven, chaparrito, pa que saques unos veinte!terquea, sin dejar de menear la tómbola, Gómez sobre su amigo Botello.

Insiste Albino en armar un espectáculo ideal a pesar del calorón y la duración excesiva del sorteo. Sugiere a Abel Martínez:

-Con todos los Comisarios ha pasado lo mismo, que sacan boletos de sus comunidades, esperemos que corra con igual suerte.

Pero no, el comisario saca y saca papelitos, más de diez extrae y ninguno de La Gomeña. Kaput. Parece una mala señal.

**

Cuando invitan al colega Izcóatl a sacar boletos se oyen aplausos y granean las bromas:

¡Dijeron una mano santa, no una non sancta!

¡Sacará los boletos de Rubén y Eva!

Y así.

Acaba la rifa de despensas pero ni uno gana de los instalados en la comodidad del Cabildo. De los de afuera, sólo la esposa de un Martín Portillo.

Ya llevamos tres horas. Debe ser por eso que Muñoz presenta así al nuevo premiador:

¡Ahora va la mano santa de Botellín!, el funcionario Botello.

Botellito, por favor –pide el aludido ocupar su sitio.

Cuando se anuncia el sorteo de electrodomésticos es la 1:30 pm. Empiezan con 20 juegos de cubiertos.

Siguen 20 licuadoras, y claro, el vengativo Albino me compromete.

¡Es tan distinto observar a ser observado! La boca se me seca allá adelante, de puro nervio, así que me apuro y extraigo raudo unos veinte boletos premiados.

Enseguida 20 planchas que toca premiar a la regidora de la Juventud, Abril Cecilia Ríos.

Y así nos seguimos. Ahora todos apurados.

Los alimentos y líquidos desaparecen de las charolas en segundos, no nos dan abasto.

Por fin alguien cercano a los instalados en el Cabildo gana una vajilla: una nuera ausente. Pírrica victoria.

Casi son las 14:00 al terminar esta ronda.

Ya vienen los premios buenos.

Toca a Jáuregui repartir microondas.

-Qué onda, ¿ya? –apura.

-Víctor, ya no le mueva más, ¡vámonos! –ordena, extrae, lee él mismo cuatro nombres, acaba y se va.

¿Qué sigue? –pregunta Albino.

-Las lavadorasmusitan a coro las rulfianas señoras que ahora copan el sillerío.

Saca la doctora Francisca Mercado y ganan Lilia Valles, Yanet Fierro y Verónica Hernández.

Se notan emocionadas las señoras y aumenta la expectativa cuando propone Gómez el último receso:

-Antes que el Presidente saque el boleto premiado.

-¿Qué los otros no eran premiados o qué? –juega Botello por no dejar.

-Con el carro –puntualiza Gómez. Y juega a su vez, revolviendo la tómbola:

¡Aquí está el mío, me va a tocar el carro! ¿Ah, no creen que sale el mío? ¡Pos aquí lo traigo en la mano!

Carcajadas.

-Vamos a esperar al señor Presidente –reitera Albino, incansable.

Son pasaditas las 14:00 horas cuando arriba Mata.

¿Qué vamos a sacar, el carro? –pregunta.

-Tres refrigeradores primero aclara Guzmán.

Son para Manuela Gallegos, Manuel Espinoza y Virginia Rodríguez.

¿Qué sigue? –pregunta Mata.

Tres estufas que la mano del Presidente otorga a Liliana Cruz, Silvestre Corona y Marisol Uranga.

-Seguimos con las teles, primero la de 26 pulgadas y luego la de 32 – explica Muñoz.

La primera es para Lupita Castillón; la que premia el Síndico para José Benavides.

Por fin llega la rifa del auto.

Revuelven bien Muñoz y Mata la tómbola.

Mete el Presidente una mano, esculca, revuelve los papelitos y ya dice el nombre del ganador o ganadora:

Consuelo Ángel V. No trae ni un dato, sólo un teléfono celular -informa.

Alguien dice que es de Colonia Terrazas.

Ya pregunta Mata al celular por Consuelo Ángel:

¿Bueno?… No lo escucho... ¿No se encuentra ahorita? Necesitamos darle una buena noticia... ¿Con quién hablo? Dígale que se ganó el auto que rifamos entre los que pagaron el predial

Le habla Mario Mata Soy el Presidente Municipal

Rubrican los acomodados en el salón con un mar de aplausos la noticia dada por el Presidente al celular.

Inútil.

No habrá apoteosis.

Rentería cree que es ganadora y yo que ganador.

Mañana saldremos de dudas.

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