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“V” de Venganza, “P” de Poder o “D” de Duarte…por Aída María Holguín

Con el veto gubernamental a la iniciativa panista que buscaba proteger los datos personales de los usuarios de la licencia de manejar de los chihuahuenses, César Duarte Jáquez muestra que además de gobernar con ocurrencias y caprichos, ahora sumará a sus “atributos” los berrinches y las venganzas. Y es que sinceramente no hay otra forma de interpretar el “veto” que Duarte le ha impuesto a la reforma a la Ley de Tránsito, a la cual se suma también la iniciativa de la ley para resguardar el secreto periodístico.

A lo más, lo que esto puede darnos a pensar, es que César Duarte ha puesto sobre la mesa una mera exhibición más del ejercicio simple de su poder. Así, a secas. Lo cierto es que eso no debe sorprendernos porque lo advirtió desde un principio –en su toma de protesta–: “el poder es para poder”, y el gobernador sí pudo; lo malo, es que pudo hacerlo a causa de un berrinche y por su sed de venganza.

Resulta a pocas unas horas de que los integrantes el grupo parlamentario del Partido Acción Nacional rechazaran la aprobación al aplazamiento de la Ley contra del narcomenudeo, e hicieran diversas observaciones a los informes incompletos que las dependencias de Gobierno del Estado presentaron con un atraso de seis meses, cuando Duarte ejerció su derecho de veto sobre esas leyes recientemente aprobadas por unanimidad en el pleno del Congreso del Estado, y que habían sido iniciadas por la bancada panista.

Hay que reconocer, que aunque la reforma a la Ley de Vialidad y Tránsito que contemplaba la eliminación de datos personales no marcaba precisamente un hito legislativo, tampoco era absurda como la Ley “Anti-Ninis” de Duarte.

Respecto al veto emitido por el ejecutivo estatal, básicamente se sustenta en el argumento de que ambas Leyes presentan inconsistencias jurídicas; y es justo en esa explicación, donde encontramos otra situación que como ciudadanos debe preocuparnos.

Es que habiendo sido aprobadas –ambas Leyes– con la unanimidad del Pleno del Congreso, Duarte está diciendo implícitamente que los integrantes de la LXIII legislatura local, –todos ellos y sin distingo partidista alguno– no sirven para hacer leyes, puesto que aprobaron algo que está mal. El caso es que serán los propios Diputados que en unanimidad aprobaron dichas leyes, los que tendrán que definir si el uso del veto al que tiene derecho Duarte como gobernador -pero que no deja de ser la decisión y punto de vista de una sola persona– se trató de una venganza, la demostración de que el poder es para poder, se trata de un berrinche, de otro capricho del ejecutivo o de la sabiduría que César Duarte transmite a sus discípulos.

Vaya manera de exhibir en Chihuahua el nulo respeto a la división de poderes, y nada más lejano a las ideas del enciclopedista y promotor de la revolución francesa Montesquieu quien alguna vez aseveró que: “para que no se pueda abusar del poder, es preciso que el poder detenga al poder.”

Aída María Holguín Baeza Correo: laecita@gmail.com

Artículos anteriores: laecita.wordpress.com

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