—MI PRIMER AVENTURA —
– Ahí quienes no imaginamos cuanto valor tenemos –
-Solo pensamos en el miedo que sentimos –
-Asta que pasamos la prueba en la vida real – Aviamos dejado la primaria y la perspectiva de vida no era halagüeña, por que no había empleo, mucho menos dinero, ni que comer, solo quedaba algo por hacer a los 15 años Irse de mojado quedarse no era opción. Llegar a la frontera también era un reto, había que viajar en el Carguero por ferrocarril de trampa. Decían que había muchos peligros pero ni modo.
Esa noche espere el tren en la estación de Meoqui, salió de madrugada no me despidió nadie a nadie le dije por que sabia no me lo permitirían, así empezó la primer aventura viaje toda la noche y por la mañana ya estaba en Cd.Juarez. Baje del tren y me dirigí al río, traía un hambre como las que pasaba en mi pueblo natal, en un bote de basura encontré unos plátanos pasados de esos que están negritos por fuera pero dulces por dentro me comí unos y otros guarde y seguí mi camino.
Por fin llegué a mi destino, ahí estaban otros que también los saco la pobreza y el hambre de su lugar de origen, el rió iba grande pero yo sabia nadar el san pedro era mi lugar donde pase mi infancia, nadando, pescando, a veces pensando en una mejor vida. Esa tarde, un hombre con un camión de pacas de maíz, me invito a descárgalo en un rancho junto al rió, pero a muchos kilómetros de Juárez ,era obvio no traía nada tome la oferta y me subí, después de unas horas lo descargamos y me invitaron a comer, me pagaron $20.00 pesos y me dieron abastecimiento para 3 días y me dijeron —si cruzas el desierto de tierra blanca llegas a for bord aquí derecho—ese día crucé el rió y me fui caminando todo el día llego la noche y la luna me sirvió para seguir, al amanecer estaba en un pequeño monte, ahí pase el día durmiendo, escondido. Una avioneta pasaba y pasaba pero yo no Salí, al caer la tarde reanude mi camino tomando un buen trago de agua y a darle, la noche se nublo y la visibilidad fue casi nula, no me detuve seguí caminando sabia que la sierra era mi mejor escondite para burlar la migra, casi en la madrugada llegué a las faldas de la sierra, lo que mis ojos vieron fue una carretera larga hacia el norte, unas rocas junto a ella se me facilitaron para descansar.
En ese momento pensé –descansare aquí asta que pase un rait— me acomode y espere al despuntar el alba ¡¿¿¿ sorpresa lo que para mi era una carretera solo era un barranco a rapel de muchos metros de profundidad y estuve a centímetros de caer en el, un escalofrió recorrió mi espalda, pero me recupere pronto no iba a desistir, todo un día me costo pasar ese barranco al atardecer estaba del otro lado otro llano y monte, a caminar de noche otra vez, en unas horas estaba llegando al monte a lo lejos una luz, me animo mas, apure el paso, de pronto. Pas estoy en el suelo algo me golpeo me quedé quieto, esperando el otro golpe, nada, agudizo mi vista y mis cabellos se erizan veo muchas rocas en el llano y todas tienen ojos y brillan, ahí aprendí a pedirle a dios un favor —que no me pase nada –
No me moví, ahí me quede, entre las espinas asta que empezó a salir el sol, al clarear una sonrisa se dibujo en mi cara –solo eran vacas—y quien me golpeo fue solo el alambre eléctrico, empecé la marcha, un papalote a lo lejos me dio ánimos, camine mas aprisa, volteo asía atrás y lo que veo, las vacas me siguen, corro, ellas también, mas recio salto a la pila del papalote, ahí están solo me miran pensaban que les llevaba comida, ese día empecé a trabajar en el rancho llegar fue toda una aventura.
Amoz mercado@hotmail.com
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