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El ’15 uñas’ y la maestra Elba Esther…por Luis Villegas

En casa no tuvimos mascotas. Mi mamá no quería; quizá le asistía la razón: “La casa es demasiado pequeña”, decía para justificar su prohibición; así que no, no tuvimos. Claro que, como toda norma auténtica, esa regla tuvo una excepción: El “Quince Uñas”. El “Quince Uñas” llegó a nuestras vidas con el dilema existencial típico de las cebras: No sabíamos si era un gato blanco moteado de gris; o un gato gris con manchas blancas. Era pequeñito, escuálido, de cola larga y ojazos verdes que, en su desamparo, parecían más grandes y, para mayores detalles de su minina biografía, tenía 15 uñas. Por supuesto el mote no es original, sino apenas fiel reflejo de la realidad. La razón para que, contra la prohibición materna, el “Quince Uñas” se colara hasta la sala de nuestra vivienda, detrás de un destartalado sillón verde bandera, era que algún desconsiderado cobrador lo arrolló con su motocicleta y para su mala suerte -o buena, todo depende- le pasó por encima de una de sus garras; por eso el “Quince Uñas”.

 Perseverante, lento pero seguro, el “Quince Uñas” tomó posesión de la casa; primero el sillón, luego los alféizares de las ventanas; las camas después; recuperado de su herida, iba y venía a su aire y, como todos los gatos, entraba y salía cómo y cuándo le daba su bendita gana. Se afilaba las uñas, las cinco de la pata diestra, en la tela de los sillones, maullaba con voz plañidera a las tantas de la madrugada y dejaba pelos por doquier. Mi mamá lo odiaba, mi abuela lo ignoraba -de Patty no recuerdo su reacción- y yo… yo me limitaba a contemplarlo y a acariciarlo de vez en vez, cuando el maldito se dejaba querer. Como solía cantar Alberto Cortés: “Era callejero por derecho propio y… aunque fue de todos nunca tuvo dueño”. Pues en el ajetreo mediático de los últimos días, la insólita historia de la maestra Elba Esther Gordillo me recordó al “Quince Uñas”.

Como mi micifuz, en el apogeo de gloria, haciendo gala de un pelaje pardo sin más colores que los de la propia bandera, la maestra hizo lo que quiso con su Sindicato y con ese rubro tan importante -vital- para la vida pública nacional, la educación. La maestra, recuperada una y otra vez de sus descalabros, haciendo alarde de sus 9 vidas, fue y vino a su aire cuantas veces quiso y a donde le dio su real gana. La maestra se afiló las uñas -en primerísimo lugar- en el mullido sillón de Carlos Salinas de Gortari, que fue el que la invitó a pasar. La maestra, durante 24 años, bufó, maulló, rasguñó y dejó rastros por doquier. Secretaria de la CNOP, 3 veces diputada por el PRI, una vez Senadora por ese Partido, Secretaria General del mismo, fundadora del PANAL, dadivosa con lo ajeno -regaló casas, Hummers, cruceros y laptops a dos manos-, adquirió inmuebles a diestra y siniestra, gastó a manos llenas en ella y en sus gustos caros; y hoy, entre desmayo y desmayo (inútil la brujería ya, tan eficaz en el pasado),1 espera que le resuelvan su situación jurídica. Pareciera una historia bufa, por lo grotesca, ridícula y chocante; pero no; la biografía de la maestra Gordillo está pautada de escándalos y excesos.

Lejos de mi ánimo sentir pena por ese adefesio, cabe preguntarse no obstante cuáles son las verdaderas razones que tienen a la maestra tras las rejas. No puede esgrimirse como argumento el supuesto desvío de fondos. ¿Por qué? Por la simple razón de que esa es una historia muy, muy vieja:

 

  1. 1.   Desde época muy temprana, mayo de 1989, empezaron los deslindes; entonces, negó su responsabilidad en el asesinato del dirigente disidente Misael Núñes Acosta. El run-run comenzaba.2

 

  1. 2.   Sólo en 1990, a la mitad del sexenio salinista, se creó el fideicomiso VIMA que funcionó 11 años, por el que el gobierno federal le otorgó un capital de 498 millones de pesos y una línea de crédito de 9 mil 500 millones.3

 

  1. 3.   En 1998 se cuestionaba que para uso exclusivo de la Secretaria General, el SNTE poseyera un jet de 12 plazas.4

 

  1. 4.   Solamente en el año de 1999, el patronato de la Fundación SNTE para la cultura del maestro mexicano, había acumulado 15 millones 600 mil pesos. Ese año, se liquidó, ilegalmente, al personal de la Fundación.5

 

  1. 5.   En 2002, el ex-Presidente Carlos Salinas afirmaba de ella: “Confiaba en ella y en su integridad como dirigente”.6

 

  1. 6.   En 2009, haciendo una sumatoria de los ingresos del SNTE, se decía que desde 1989, había recibido alrededor de 80 mil millones de pesos de los gobiernos de Salinas, Zedillo, Fox y Calderón y 13 mil millones de pesos más provenientes de cuotas sindicales.7

 

  1. 7.   Ese mismo año, de manera pública se afirmaba que de estos recursos no había rendido cuentas; a pesar de que ella y sus parientes habían adquirido por lo menos 61 bienes inmuebles.8

 

  1. 8.   De hecho: En 1990 adquirió dos residencias con un valor de casi 400 millones de pesos de entonces; en 1993 compró otra propiedad en 706,500 pesos; en 1996 compró dos departamentos por un valor de casi 600 mil pesos y el 26 de septiembre, pagó 8.3 millones por un terreno en Polanco; en 1999, compró otra finca en 1 millón 485 mil pesos; acabemos: Su fortuna inmobiliaria, en zonas residenciales del D.F. se calcula en 6.5 millones de dólares.9

Así las cosas, ¿por qué hasta ahora? ¿Un tardío celo de justicia? ¿Un arranque súbito de decencia? Definitivamente no lo creo. No es casual que la detención de la maestra se dé en los albores de este Gobierno, precisamente cuando el movimiento magisterial amenazaba con movilizar a sus huestes en protesta por la reforma educativa. Con este golpe de timón, Peña Nieto consigue varios objetivos: “Alinea” a los maestros; lanza una advertencia a los posibles disidentes -dentro y fuera del magisterio-; se sacude de encima la estorbosa presencia de la maestra; y agrega unos “puntitos” a su deteriorada imagen.

Sin embargo, si Peña Nieto quiere convencer a los mexicanos de sus buenas intenciones -de que son castas y honestas y no una bola de estambre-, es preciso que a Elba Esther le sigan, entre otros, el Senador priísta, Carlos Romero Deschamps, líder del Sindicato de PEMEX, el cual, en los últimos 16 años, ha recibido más de 2 mil 231 millones de pesos10  -cuya hija se pasea alrededor del mundo como si fuera heredera de un jeque árabe-11 o el líder de la CTM, Joaquín Gamboa Pascoe, cuyo reloj de pulsera cuesta, aproximadamente, un millón de pesos.12

 

Bichito, bichito, bichito.

 

Luis Villegas Montes.   luvimo6608@gmail.com

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