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En los hábitos está el detalle…por Aída María Holguín

En los hábitos está el detalle.

Luego de que trascendiera -a través de un medio de comunicación local- la noticia de que los -relativamente- nuevos puentes gemelos de la Ave. Teófilo Borunda (sobre la Ave. María Luisa) en Chihuahua capital presentan algunas cuarteaduras que ponen en riesgo la integridad de los automovilistas que por ahí transitan, el alcalde Javier Garfio hizo lo que habitualmente suele hacer: evadir su responsabilidad minimizando los hechos. En esta ocasión, para el acalde -de “profesión” ingeniero civil- se trata de un detallito sin importancia.

Quizá para muchos, el desmoronamiento de los puentes es un hecho menor que no merece la atención; sin embargo, el hábito que tiene el alcalde para desestimar lo que sucede en Chihuahua sí merece toda nuestra atención. Y es que esta no es la primera vez que Garfio minimiza lo que pasa en el municipio, demostrando así, su incompetencia en el desempeño de las funciones que le corresponden.

Recordemos que no hace mucho tiempo, Javier Garfio negó que en Chihuahua haya aumentado la pobreza extrema evidenciada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). Ante tal “mentira”, Garfio -con una visión simplista- respondió que en Chihuahua no se percibe un aumento en la pobreza, y que por el contrario, ésta va en disminución.

El “pequeño” detalle que seguramente influyó en la percepción del alcalde Garfio, radica precisamente en la desigualdad que asegura no existe en Chihuahua. En definitiva, Garfio no puede percibir la pobreza porque anda muy ocupado supervisando las obras de construcción de la que será su nueva residencia, cuyo valor catastral supera los 20 millones de pesos.

Ahora que si relacionamos la peccata minuta de las cuarteaduras en los puentes con la construcción de su humilde vivienda, resulta por demás cínico que para ésta última sí considere el uso de materiales y mano de obra de alta calidad, y para la obra pública no lo haga. Pero bueno, probablemente eso también es un detallito sin importancia.

Ese hábito que tiene el Javier Garfio de desestimar la información que no le beneficia, lo ha llevado también a minimizar lo que él mismo dice; un ejemplo de esto, es la “disculpa” que tuvo que pedir a las trabajadoras domésticas, luego de que a nivel internacional trascendiera que durante un evento -para cerebrales su día- en el que obsequiaron televisiones, el alcalde les recomendó ver telenovelas en lugar de los noticieros.

Esa vez, Garfio se “disculpó” aclarando que se trató de un inocente chascarrillo. Así es, para el actual alcalde de Chihuahua, insultar (en broma o en serio) a las trabajadoras domésticas es cosa de chiste; sin embargo, en este caso el “detallito” no está en el chiste, sino en que Garfio no pudo contener al misógino y retrógrada que lleva dentro.

En fin… los hábitos de Javier Garfio Pacheco son de tan bajo nivel, que no queda la menor duda de que, o es cada vez más cínico, o cada vez menos inteligente. Y como dijo el buen Cantinflas: ¡Ahí está el detalle!

Concluyo en esta ocasión con lo dicho alguna vez por el filósofo griego, Aristóteles: “Adquirir tales o cuales hábitos no tiene poca importancia, tiene una importancia absoluta.”

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