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Energía nuclear. El futuro seguro…por Samia

 

La energía nuclear constituye una alternativa sostenible porque representa una opción económica, limpia y segura con beneficios para la sociedad y posibilidades de ampliar su potencial en el largo plazo. Al considerar los niveles de utilización actuales, las reservas convencionales reconocidas de uranio durarían hasta 300 años. Por las nuevas tecnologías de reciclaje y reprocesamiento, la nuclear podrá aprovecharse por milenios.Actualmente, sólo el 19 por ciento de la electricidad producida en México proviene de fuentes limpias, de las cuales 3.5 por ciento se genera mediante núcleo electricidad, el resto, a partir de combustibles fósiles.

Frente a este escenario, la tecnología nuclear tiene ventajas, como producir menos residuos y aprovechar el recurso al máximo. El potencial energético de una pastilla de uranio, que mide menos de un centímetro de diámetro por uno de altura, equivale a 810 kilogramos de carbón, 565 litros de petróleo y 480 metros cúbicos de gas natural. Al fisionarse, genera un millón de veces más energía que durante el proceso de combustión.

La energía nuclear es una opción competitiva, al comparar el costo de diversas tecnologías utilizadas para generar electricidad, por cada unidad de megawatt hora producida, de acuerdo con estudios de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés). Además, su factor de capacidad es del 90 por ciento.

El conocimiento generado a partir de su utilización representa un “motor de descubrimientos” en áreas como ingeniería, robótica e informática, además de aprovecharse en aplicaciones para beneficio de las personas, por ejemplo, en medicina, con el diagnóstico y tratamiento de enfermedades como el cáncer y el mal funcionamiento de la tiroides.

Para medir su impacto ambiental, es necesario analizar el ciclo de vida de este tipo de tecnología, desde la extracción de uranio y su conversión para generar electricidad hasta el destino de los residuos radiactivos.

Según estudios internacionales, al medir el volumen de emisiones de dióxido de carbono por unidad de energía eléctrica generada, las fuentes alternativas representan una opción menos contaminante que las fósiles.

Los residuos de la industria nuclear se clasifican en dos categorías: la primera es de baja y media actividad, como los generados por aplicaciones médicas y mantenimiento de centrales nucleares. Éstos tienen poca radiactividad y son confinados en lugares especiales y aislados del medio ambiente, como cualquier desecho tóxico.

La segunda, de alta actividad, atañe al combustible gastado por los reactores. Estos desechos son enterrados a más de 300 metros de profundidad o depositados en albercas de manera temporal. En comparación con el volumen total de los demás tóxicos producidos por la sociedad, los de alta radiactividad constituyen un porcentaje mínimo.

La energía nuclear representa una alternativa segura ya que a nivel global existen mecanismos para vigilar que los materiales nucleares no sean desviados para fabricar armamento.

Es de tenerse en cuenta que en dos décadas, la población mundial será de ocho mil millones de personas. Al ritmo del crecimiento de la demanda y consumo de energía globales, calculado en un dos por ciento anual, la estructura de la oferta energética actual, sustentada en los combustibles fósiles, será rebasada.

En este contexto, las fuentes de energía solar en sus vertientes fototérmica y fotovoltaica, geotérmica, eólica, oceánica, nuclear y biomasa, representan una alternativa en el ámbito social, económico y ambiental, además de constituir una de las respuestas viables para contribuir a la mitigación del cambio climático.

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