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Limpiar la cloaca…por Aída María Holguín

Pareciera que el manejo del sistema carcelario en el estado de
Chihuahua, es una cloaca que se ha destapado y su contaminación
ensucia la administración estatal.  Así lo dice el reciente asesinato
del ex subdirector de la Unidad de Bajo Riesgo (UBR) ubicada en la
capital del estado, a tan solo dos días de haber denunciado actos de
corrupción en el manejo del mismo.

Y como si los hechos resultaran insuficientes, el Fiscal General del
Estado, Carlos Manuel Salas evitó a toda costa hablar sobre el
asesinato del ex subdirector de la UBR, Fernando Oropeza Oaxaca.  Es
más, el vocero de la Fiscalía, Carlos González, aseguró que el fiscal
no hablaría sobre el asunto, y que la postura institucional
correspondía a la Secretaria General de Gobierno, Graciela Ortíz.
Horas más tarde, la lamentaría el hecho a través de un comunicado
oficial.

Este asesinato, se da exactamente a una semana de haberse desmantelado
un Bar-Billar al interior de la UBR; y como resultado de los informes
oficiales sobre lo hallado y confiscado durante el cateo, se anunciaba
de la renuncia de de Fernando Oropeza Oaxaca, así como del cese cuatro
elementos de la UBR.

La información que comenzó a circular en los propios medios de
comunicación respecto al cateo y los hallazgos ahí registrados, dio
motivo para que Fernando Oropeza denunciara --entre muchas otras
cosas-- corrupción en el sistema carcelario e incluso para que
mencionara el nombre de un superior inmiscuido en esos actos de
corruptela.

En esa ocasión, Fernando Oropeza señaló también, que en caso de que
algo le sucediera a él o a su familia, responsabilizaba a sus
superiores.

Cabe señalar que el ex subdirector de la UBR, en sus declaraciones
públicas ante los medios de comunicación, había admitido --entre otras
cosas-- que autorizó el ingreso de dos mesas de billar al penal; sin
embargo, al admitir la práctica de ciertas conductas prohibidas,
también dijo haberlo informado sus superiores.

En respuesta a lo revelado públicamente por Fernando Oropeza, César
Duarte Jáquez , Gobernador del Estado de Chihuahua, minimizó –como
siempre-- el hecho, y lo exhortó a que presentara las pruebas de la
supuesta siembra de evidencias en el cateo que se realizó en la UBR,
además de asegurar enfáticamente –como es su costumbre-- que se
llegaría hasta las últimas consecuencias para que el caso no quedara
impune.

A menos que previniera la difusión de alguna carta póstuma "en caso de
muerte", queda claro que Fernando Oropeza Oaxaca no podrá atender al
exhorto que el mandatario estatal le hizo para probar sus dichos; y
más claro queda, que la “investigación” del caso comienza de manera
impune.  En pocas palabras: lo que impune empieza, impune acaba.

Habrá quienes después de que Fernando Oropeza admitiera la existencia
de irregularidades dentro del penal, quieran usar aquella vieja y
conocida frase usada en los sistemas de justicia y que dice que “ante
confesión de las partes, relevo de prueba”; sin embargo, ante la
realidad de impunidad que se vive en Chihuahua, esto sería totalmente
inadmisible.

Y es que ante los crecientes y vergonzantes hechos delictivos, es
necesario reiterar el cuestionamiento que desde este espacio de
opinión se hizo una semana atrás: ¿No es la propia Fiscalía General
del estado --por conducto de su titular-- la primera instancia
responsable directa de lo sucedido en la UBR? ¿O es que acaso las
disposiciones, atribuciones y responsabilidades señaladas en la Ley
Orgánica de la Fiscalía General del Estado sólo aplican para los
elementos e instancias que la conforman, y su titular queda excluido
de ellas?

Si en verdad se quiere terminar con la impunidad en nuestro estado,
será necesario asumir responsabilidades, limpiar la cloaca, combatir
la corrupción, e investigar a fondo para que este caso no termine como
se acostumbra: --muchas palabras y pocas acciones --.  En fin… aunque
las justificaciones de las autoridades estatales sobran, los
chihuahuenses necesitamos verdades y exigimos resultados.

Concluyo en esta ocasión, con lo que el filósofo y escritor francés
Jean Paul Sartre afirmó alguna vez: "desconfío de la
incomunicabilidad, porque es la fuente de toda violencia".

Aída María Holguín Baeza
Correo: laecita@gmail.com
Artículos anteriores: laecita.wordpress.com

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